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"El recuerdo de Guillem es irreversible"

El objetivo de la película «La mort de Guillem» es conmemorar el caso y a la vez alertar sobre la «normalización del fascismo en calles e instituciones»

"El recuerdo de Guillem es irreversible"

La plaza de Montanejos empezó a llenarse de cables y andamios audiovisuales. Estos fueron durante toda una jornada los inquilinos de esta localidad del Alto Mijares. Algunos vecinos se acercaban al rodaje para curiosear sobre la película que retrata el suceso que ha marcado la historia reciente del pueblo: el asesinato de Guillem Agulló.

La noche del 11 de abril de 1993, Agulló se encontraba de fiesta con sus amigos, cuando unos neonazis lo acorralaron en el linde de la calle San Vicente hasta quitarle la vida de un navajazo. 26 años después, han vuelto a sonar los gritos y el «Cara al sol» en medio de la noche de Montanejos, entre las estrechas calles que parecen haberse detenido en el tiempo. Arrancaba así, hasta bien entrada la madrugada, la filmación de la escena principal de La mort de Guillem, la película que dirige el barcelonés Carlos Marqués-Marcet.

El rodaje empezó el 25 de noviembre en Burjassot y culminará el 20 de diciembre en València. La película se estrenará en junio y forma parte de una campaña multidisciplinar en la que se combinan cine, música, literatura y periodismo. El periodista Rafa Molés, de la valenciana SUICAfilms, es uno de los productores. «Nos propusimos explicar el caso, actualizarlo y hacerlo saber a gente que no lo conoció», expresa para aclarar a continuación que, en este proceso de investigación, «el objetivo no se ha centrado sólo en conmemorar, sino en cómo esta memoria puede repercutir en la actualidad, porque este tema sostiene una conexión muy evidente con el presente».

«Muchísima gente desconoce la historia de Guillem, no ha estado presente en nuestra sociedad -lamenta Molés-. Quisimos reunir esta realidad, cómo hemos normalizado la presencia del fascismo en las calles, y lanzar una advertencia. Tenemos a grupos fascistas amenazando con impunidad a la gente que no piensa como ellos. Y a esto ahora se le suma la irrupción de la extrema derecha en las instituciones». «Sabemos y somos conscientes de que el cine tiene un poder de representación muy grande, de poner una historia delante de los ojos de las personas -describe Molés-. De este modo, esta historia llegará a gente que de otro modo nunca se hubiese interesado».

El recuerdo de Guillem Agulló se hace película

El recuerdo de Guillem Agulló se hace película

«Un dolor indescriptible»

Durante estos días, en casa de los Agulló afloran los recuerdos. Carme Salvador y Guillem Agulló revisan unas fotografías de su hijo, bodegones de juventud que durante años habían reposado en un cajón. «Tardamos varios años en saber que existían», reconoce Carme, con la mirada sumergida en aquellas estampas en blanco y negro. Son las últimas instantáneas de su hijo, tomadas pocas horas antes de que lo asesinaran. «Lloré el día en que me las enseñaron, supuso un golpe muy duro verlas por primera vez. Las tenía una de las amigas de Guillem», relata Carme con tristeza. «Pero también fue un alivio ver a mi hijo en sus últimas horas de vida. Que estaba con amigos, que se lo estaba pasando bien... Y estas fotos nos retrotraen a aquel día y nos llenan de sentimiento».

Guillem observa con devoción aquellas imágenes. «Era un bon xic -respira con una sonrisa henchida de cariño-. Reflejaba ilusión, alegría. Tenía un carisma especial. A mí me tenía enamorado. Yo no era capaz de reñirle por nada. Guillem se salía de todos los esquemas». Desde otro prisma, Carme cree importante «positivar las cosas» para poderlas asumir y avanzar: «Somos afortunados por haber convivido 18 años de felicidad con él».

«La muerte de Guillem supuso un dolor indescriptible. Nadie puede llegar a imaginar lo que es eso si no lo pasa», asegura Agulló. A ese tragedia se le sumó una maniobra de criminalización que emprendieron algunos sectores de la sociedad valenciana: «Estábamos convencidos de que podríamos con ellos. Porque teníamos otra verdad, que era mucho más poderosa porque tenía más humanidad».

También brotaron las amenazas y los insultos por parte de los neonazis, una diana incrustada sobre los Agulló que no ha cesado. «A nosotros nos hicieron mucho daño, con pintadas, con llamadas por teléfono a las tantas de la madrugada; con todo lo que suponía estar muy jodidos, desestabilizados emocional y psicológicamente y con niñas adolescentes, a quienes tenías que mostrar fortaleza para que no se derrumbara todo€».

«Los fascistas querían mancillar su nombre. Necesitábamos explicar que Guillem no era lo que ellos contaban», reseña Carme, quien además asegura tener la certeza de que «ya todo el mundo sabe que fue una muerte política. Eso es lo que queríamos demostrar y esto está plenamente conseguido».

«Esta batalla la hemos ganado nosotros -aclara Guillem-. Durante años se impuso el silencio y nos sentimos muy solos, pero por suerte nos han acompañado muchísimos amigos. Ahora, a última hora, las instituciones reconocen nuestro caso». Agulló también asegura que «en el País Valencià había una trama fascista que era camuflada, tolerada, permitida y financiada». «Era y es», apostilla su mujer, cabizbaja. «Por el día iban de un uniforme determinado y por la noche iban a la caza del rojo, del homosexual, del independentista, del extranjero», remarca Agulló.

«Guillem es la figura que justifica la lucha antifascista», afirma con orgullo, su padre, y añade: «Para nosotros es una satisfacción muy grande que hoy Guillem esté reconocido como un símbolo por las libertades, la igualdad y la paz».

Ante el estreno de la película, Carme se muestra circunspecta: «No sé si podremos verla». El libro de Jaume Fuster (La mort de Guillem) no han podido leerlo. «Revivir su muerte, con todo lo que hemos sufrido€ No estamos dispuestos a sufrir más», contempla Guillem. «Nadie puede verlo con los mismos ojos que nosotros -anota Carme-. Solo con estar removiéndolo con los compañeros de la película nos produce dolor. Estar sacando fotos, revisando cosas, recordar cómo era su habitación€ Todo eso a mi marido le hace, pero a mí€ Yo psicológicamente estoy más débil».

Sobreponiéndose al trauma por el asesinato de su hijo, Carme encuentra sosiego en el apoyo que ha recibido la familia desde diferentes sectores. «Lo que hubiesen querido algunos es que esto se hubiese olvidado por completo. Pero ha pasado todo lo contrario. Esto ya es irreversible».

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