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Pep Cortés: un todoterreno comprometido con su tierra y la interpretación

Actor y director con gran prestigio entre los aficionados al teatro, el artista alcoyano fallecido ayer en Barcelona logró la popularidad gracias a la televisión

Pep Cortés: un todoterreno comprometido con su tierra y la interpretación

Hombre de teatro, cine y televisión, actor, director y productor, referente e impulsor de nuevos talentos, rostro popular y figura underground, el alcoyano Pep Cortés murió ayer en Barcelona a los 74 años en un hospital de la Ciudad Condal, donde residía con su mujer y sus dos hijas.

Aunque sus inicios y su final están en el teatro -hasta hace pocos meses aún estuvo trabajando en el musical Sugar y dirigiendo a Neus Agulló y Tomás Mestre en Els dies de la nit-, Cortés se convirtió en un rostro popular para los valencianos gracias a series como «Herència de sang», «Unió Musical Da Capo» o «Senyor Retor». También actuó para éxitos de TV3 como «El cor de la ciutat» o «Infidels», y en producciones de ámbito estatal como «Hospital central» y «Cuéntame».

Los inicios de Cortes en el arte de la interpretación son muy tempranos. En los Salesianos de Alcoi formó el grupo Evohe y dirigió La lección de Ionesco, obra que volvería a interpretar en 1996 y con la que conseguiría el Premi de la Crítica. De ahí pasó al grupo La Cazuela, también en Alcoi, y de ahí a València y Castelló, donde recaló en compañías amateurs como el Teatro Independiente Oblicuo.

Con la llegada de la democracia, Cortés pudo hacer su primera obra en valenciano, La dama del mar de Ibsen. Por entonces ya tenía claro que su vida era el teatro así que a los 35 años abandonó su empleo como inspector de seguridad e higiene y se abrazó a las estrecheces de la farándula. Uno de sus primeros grandes pasos fue la creación junto a Raúl Torrent del grupo Universal-Comics con el que montó Qui vol un miraclet de su favorito Dario Fo. Esta obra estuvo más de cinco años en cartel y llegó a superar las ??? representaciones en toda España.

Tras este éxito recibió propuestas de Els Joglar, trabajó con Carles Santos y con Teatres de la Generalitat y recibió el Premi de la Crítica de Barcelona con La força del costum de Thomas Bernhard. Dario Fo le dirigió en Isabel, tres carabel.les i un embolicador, trabajó con Dagoll Dagom, actuó en el Grec, en el Centre Dramàtic y en el Lliure, en el Teatre Nacional de Catalunya... En Alcoi refundó La Cazuela, que pasó a llamarse La Cassola y germinó en La Dependent, una de las compañías más prestigiosas del panorama teatral valenciano. Y en 1999 recibió por Terentius el Premio de la Generalitat a la mejor dirección. Antes, en 1992, había sido premiado como mejor actor por Estimat mentider.

Como actor de cine, uno de sus primeros trabajos fue en Todos a la cárcel de Berlanga, y actuó también para Bigas Lunas (Son de mar), Ken Loach (Tierra y libertad) y Fernando Trueba (El Embrujo de Sanghai), entre muchos otros. Uno de sus últimos trabajos más recordados sobre las tablas fue Jordi i Lola escrita por Ximo Llorens, estrenada en 2016 y tercera parte de la «Trilogia del Menjador», cuyas dos primeras partes (Un sopar de dimecres y Què fem de la mare) dirigió él mismo. En octubre de 2018 pisó por última vez el Principal de València con Santos, i ara què, la obra dirigida por Ximo Solano en la que se rendía homenaje póstumo a su viejo amigo el compositor Carles Santos.

Desde sus tiempos amateurs, Cortés trabajó con la preocupación incidir en la sociedad desde arriba del escenario a través de una carrera que ha combinado la tradición, la investigación y la modernidad. En una entrevista a Levante-EMV en 2016 se cuestionaba si no debería haberse «metido en política para«mover los hilos de poder a favor del teatro. A veces me ha perseguido esa idea, pero mi coherencia está por encima de todo, y era hacer teatro en valenciano y por el valenciano».

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