Esta serie la tienen que ver ya todos los padres confinados con hijos pequeños (pero cuando las criaturas estén durmiendo), las embarazadas y esas parejas que están pensando provocar un baby-boom dentro de nueve meses. Aunque HBO solo dispone de los cuatro primeros capítulos (dos doblados y los otros dos en versión original) de la primera temporada, en la comedia creada por Chris Addison se administra con ingenio ese problema global de las parejas con hijos.
Nunca fue tan deseada la paternidad/maternidad como ahora, donde además los conocimientos teóricos sobre la gestión de los hijos es incuestionable, pero la práctica es otra cosa como se sabe y demuestra «Bendita paciencia» («Breeders»). La escena inicial donde el padre, genial Martin Freeman (protagonista de «Sherlock» y «El Hobbit») en el papel de Paul, se prepara para reñir a sus dos hijos con la lección aprendida que no sirve de nada en situaciones de crisis es real como la vida misma. Igual que esa representación conyugal en la cama para ver quién, si mamá o papá, se levanta para atender los miedos nocturnos de los nenes.
La serie lleva al extremo determinadas situaciones, como el desesperado paseo de madrugada en coche -se ve que a Gran Bretaña no llegó el cuestionado Método Estivill-, sin embargo la secuencia en la clínica tras los dos nacimientos está lograda. Igual que la preocupación siempre más materna -también genial Daisy Haggard-, por la elección del futuro colegio y las posibles trampas para conseguir la admisión.
Martin Freeman ha contado que la primera escena de «Bendita paciencia» le pasó tal cual a él (tiene dos hijos con Amanda Abbington) y que a partir de aquella noche empezó con la idea de transformar todo aquel lio en una serie. Risas, complicidad y mucha paciencia.
