Con una historia «valiente y emotiva», Marta Santés ha ganado la séptima edición del Premio Titania con «Retrato de una piel desnuda». Una obra, según la editora de Titania, Esther Sanz «perfectamente narrada, un canto a la vida y al amor por uno mismo, que trata un tema poco abordado en ficción, como es la discordancia de género, y lo hace de una forma preciosa y precisa, con una prosa cuidada y con una sensibilidad exquisita».

Premiado con 5.000 euros tras imponerse a los 150 manuscritos que optaban a este galardón «Retrato de una piel desnuda» narra la vida de pintor y fotógrafo Asher Dray, un artista sensible y pasional al que le arrebataron la vida a causa de la transfobia. Claire, una estudiante de Bellas Artes, junto a su peculiar amigo Ori, encontraran las memorias del pintor, donde relata su arduo camino por el mundo como un chico trans y su desgarradora historia de amor. A través de de entrevistas, cartas de amor y sorprendentes descubrimientos, Claire y Ori se implicarán más de lo que habían podido prever en la historia de Asher, quien les cambiará la vida para siempre.

La librera Ana Lara destaca la sensibilidad y la humanidad con la que está narrada esta historia, en la que «las dos tramas de amor se entrelazan de forma inteligente y preciosa». También valora positivamente «la calidad descriptiva en los cambios de escenario, los elegantes diálogos y el tono intrigante que la autora crea durante toda la novela y que te mantiene absolutamente enganchada a sus páginas.» Por su parte, la escritora Elena Castillo, ganadora de la edición anterior, señala que es una obra muy bien estructurada. Una historia de amor preciosa, reivindicativa LGTBI. Una mezcla original y delicada de «Unorthodox» y «La chica danesa».

Marta Santés (Requena, 1991), ha publicado tres novelas hasta el momento con una pequeña editorial. Tiene una en papel, «Quédate siempre», y dos en digital: la bilogía «Vértigo». La autora, licenciada en magisterio infantil por la Universidad de València, busca que los lectores lleguen a tocar sus historias y salgan de ellas sin ser las mismas; que los personajes y la trama «se cojan a sus corazones» y duren allí siempre.