Abordar otras formaciones camerísticas más allá de las cuerdas habituales, resulta siempre saludable. Así se amplían nuevas posibilidades, compositores y obras. Y si todo ello lo defiende un ensemble joven de sólida formación, el auditorio lo percibe con tanto interés como entusiasmo.

Formado en 2015 e integrado por dos colombianas, una alicantina, una valenciana y una zamorana, la actuación del Quinteto de viento O’Globo, fue realmente admirable. Nacidas en la ultima década del siglo pasado, coincidieron en la Escuela de Música Reina Sofía de Madrid y su debut valenciano para la SFV confirmó el alto nivel tanto individual y como en conjunto.

De los tres Quintetos op. 56, del alemán Franz Danzi, el nº 2, en sol menor, es buen ejemplo de la transición entre el clasicismo y el romanticismo. Desde el inicio, las cinco interpretes giraron alrededor de una órbita centrada en el equilibrio demandado por cada instrumento, coloreando frases y agitando las diversas dinámicas de la obra. Cada timbre sonó diferenciado pero siempre desde la obligada complicidad que remite a una colaboración y un respeto mutuo.

De su Música Ricercata para piano, el húngaro Györgi Ligeti adaptó seis Bagatelas para quinteto de viento, miniaturas de exigente ejecución donde la rítmica resulta fundamental. La versión de Kossakowski, Veces, Rueda, Perez y Correa, -siempre intérpretes sobrias y juiciosas-, fue realmente sugestiva por la variedad de matices de cada movimiento. Destacada la inclusión del Quinteto Op. 43 del danés Carl Nielsen, quien mantuvo una especial querencia por los instrumentos de viento. Sobresaliente -rozando la perfección- estuvieron las integrantes de O’ Globo en su lectura de la obra, subrayando el humor descriptivo en los momentos individuales como la intensidad del Adagio final. Muy aplaudidas con el Oblivion de Piazzolla, no dejaron dudas de su musicalidad.