Gracias a las bandas de los pueblos y de los barrios valencianos miles de niños y niñas aprenden a soplar una trompeta o un saxo antes que a dar su primer beso. Por eso sigue sorprendiendo que la Comunitat Valenciana todavía no sea la Nueva Orleans europea. Pero si el trasvase sonoro entre el Túria o el Xúquer y el Misisipí o el Hudson no se ha dado con el suficiente caudal, no le echen la culpa a Latino, el músico que mejor ha sabido ver lo ricamente abonada que está esta tierra para el cultivo del jazz. Y Sedajazz, el colectivo de músicos que este saxofonista impulsó hace ahora 30 años, es sin duda su mejor fruto.

Latino (le viene por su afición a los ritmos calientes que impregnaron el jazz a su paso por los barrios hispanos de Nueva York) es el verdadero nombre de Francisco Blanco Nieto, un niño que a los 11 años entró en la Agrupación Musical Santa Cecilia de Sedaví siguiendo los pasos de su hermano mayor y que a día de hoy, ya con algunos años más, dirige uno de los proyectos de disfrute musical colectivo más importantes de España.

«Con 16 años, mientras estudiaba en el conservatorio, comencé a tocar con grupos de baile, jazz fusión, funk blues y cantautores -recuerda Latino sobre los orígenes de Sedajazz-. Tuve la suerte de coincidir con algunos músicos de jazz que me abrieron las puertas a un nuevo universo musical y a los 19 años propuse al Ayuntamiento de Sedaví poner en marcha un taller de música moderna. Es entonces cuando comenzó a tomar forma la odisea Sedajazz».

El comienzo de la odisea

La primera escala de la odisea tuvo forma de «gran banda» de jazz, la Sedaví Big Band, una formación que nació del primer taller de música moderna que ideó Latino. «Fueron unos comienzos muy ilusionantes y activos, predicando el jazz y llevando esta música a muchos escenarios de toda la Comunitat y a otras ciudades o países como Alemania, Portugal o México», recuerda.

Entre otros músicos ahora consagrados -como Vicent Macián, Toni Belenguer o Carlos Martín- en aquel núcleo fundacional se encontraba David Pastor, uno de los trompetistas más prestigiosos del actual panorama musical español, aunque por entonces no era más que un adolescente con mucho que aprender todavía.

«Entré en la big band cuando tenía 17 años y desde entonces Sedajazz ha sido mi casa», afirma Pastor. «De Sedajazz han salido decenas de talentos, pero cuando empezamos nadie teníamos ni idea de nada. Yo era músico de banda pero Latino, que era como una especie de hermano mayor, nos ofreció un lugar para experimentar, investigar, compartir y descubrir músicas nuevas en una época en la que no había internet y era muy difícil acceder a ellas».

Latino tuvo claro desde el principio eso que apunta Pastor:Sedajazz no iba a ser solo una formación musical, tenía que ser un colectivo de músicos, un laboratorio donde crear e intercambiar conocimientos, un lugar de talento palpitante y compartible. Entre los primeros profesores que tuvo Sedajazz estaba el ya consagrado saxofonista Perico Sambeat, quizá el más internacional de los «jazzmen» valencianos. «Yo conocía a Latino de antes de que formara la ‘big band’ pero creo que he estado tocando en todos sus discos y no he parado de dar clases -recuerda Sambeat-. Latino es el eslabón entre las bandas de música valencianas y el jazz, una persona que ha creado una cantera de músicos espectacular. Sedajazz tiene una importancia tremenda en el panorama musical valenciano, no solo por eso sino por el trabajo de promoción de la música y de los jóvenes músicos».

Futuro garantizado

Además de un vergel de formaciones jazzisticas (big band, ensemble, dixieland, marching band, orquesta, grupos de cuerda, trios, cuartetos, solistas...) por el que han pasado unos 150 músicos que han protagonizado miles de actuaciones y colaboraciones y grabado unos 110 discos, Sedajazz es actualmente un gran colectivo volcado en la formación musical que se expresa a través de la Jove Big Band y la Happy Band.

«Desde que comenzamos con la Big Band han participado músicos muy jóvenes -explica Latino-. La ilusión que transmiten es altamente contagiosa y eso es muy motivador para todos. Con todo esto y la oportunidad de tener al lado a experimentados músicos que te guían y enseñan cosas interesantes, la evolución es exponencial. Actualmente en la escuela Sedajazz tenemos alrededor de 300 alumnos y 25 profesores».

A Juan Saus Ruiz, premiado en 2019 con una beca ‘full tuition’ por parte del Berklee College of Music de Boston, Latino le dio su primer saxofón cuando tenía 7 años. «Me enseñó a tocar mis primeras notas y no pasó mucho tiempo hasta que entré a formar parte de la ‘kids band’. Desde entonces Sedajazz ha sido como un hogar para mí y el lugar donde más he aprendido y crecido tanto a nivel musical como humano».

De las pocas escuelas de jazz que hay en España, todavía hay menos que hayan puesto a disposición de sus alumnos un plantel de estrellas como las que Sedajazz ha ido trayendo a sus seminarios. Latino tira de memoria y cita: «Mike Phillipe Mosman, Perico Sambeat, Toni Belenguer, Pat Metheny, Miguel “Angá” Diaz, Bob Mintzer, Chris Cheeck, Horacio El Negro Hernandez, Jerry Gonzalez, Ernesto Aurignac, Maria Pia de Vito, Bruce Barth, Bernardo Sasseti, Javier Colina, Ze Eduardo, Jack Walrath, Jesus Santandreu, Gerry Bergonzi … Me sabe mal dejarme a tantos otros».

La pianista navarra Kontxi Lorente es una de las profesionales que también ha compartido conocimientos en Sedajazz y que, como ella dice, forma parte de «el triunfo colectivo que es este proyecto».

«Que una música tan poco comercial como el jazz llegue de esta manera y enamore a los jóvenes de hoy es algo muy grande -añade-, sobre todo con toda la vulgaridad que existe en el mundo de la música y en general. Y más que lo harían si este proyecto tuviera más apoyos, porque la labor que está haciendo es enorme y poco valorada. Sedajazz debería ser monumental».

La sequía bestial

«Nunca hemos tenido demasiado apoyo -indica Latino-, pero empezamos a notar interés de algunas instituciones como el IVC con Marga Landete o el ayuntamiento, aunque todavía queda mucho por hacer para situar el jazz valenciano donde merece estar. Hay un gran potencial y la calidad de los músicos es indiscutible».

Quizá ahora ese apoyo es para Sedajazz -un colectivo para el que la música en directo es la vida-, más necesario que nunca. «Nunca habíamos tenido tantas anulaciones y tan pocos conciertos, actualmente las agendas están en blanco -lamenta Latino-. Hay incertidumbre y miedo a que los programadores no programen, nos sentimos decepcionados, dependemos de políticos y técnicos que no están haciendo gran cosa para ayudar al sector. Dentro de poco cumpliremos un año de una sequía bestial».

Y sin embargo, la actividad no cesa. Sus músicos siguen grabando discos (actualmente Latino y Kontxi están registrando «el primer dúo de saxo barítono y piano de la historia») y el colectivo no ha parado de realizar clases, seminarios, festivales o conciertos de forma presencial y on Line, en la mayoría de los casos autoproducidos y alguno patrocinado.

Desde su casa en Barcelona -allí acaba de participar en la grabación del nuevo disco de Juan Perro-, David Pastor recuerda una frase que Latino le decía siempre a sus discípulos durante las lecciones musicales y que a estos les ha servido de guía en su misión de vivir y compartir el jazz. Una frase que, hoy en día, resulta más necesaria que nunca: «tú p’alante, siempre p’alante».