Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

MÚSICA CRÍTICA

Devoción y obligación

Ciclo José Iturbi 125                                                                                                          

Les Arts (Auditorio)

Obras de Aaron Copland y Georges Bizet

Intérpretes: Orquesta de València. Sabine Meyer, clarinete y Guillermo Gª Calvo, director

El nombre de un gran interprete es reclamo para atraer al personal y, sin duda, para avalar el repertorio elegido. De ahí que Sabine Meyer (Baden-Württemberg. 1959), ya admirada en esta plaza, fuera un verdadero imán entre los jóvenes, invitados, acertadamente, a escuchar a la diva alemana.

No era la primera vez que se tocaba aquí el 'Concierto para clarinete y orquesta de cuerda, arpa y piano', de Copland, obra que escucha más por obligación que devoción. Cuerda quizá la hubo en exceso para arropar a la Meyer, vehemente en su entrega, sin problemas con el virtuosismo de la partitura y configurar las diversas intensidades de los dos movimientos que, realmente, se ofrecen sin un punto y aparte y, que como era de esperar, resolvió la cadencia con el ímpetu requerido. El maestro García Calvo (Madrid, 1978) estuvo siempre pendiente de equilibrar planos respetando el tempo solicitado por la solista.

Los casi 18’ de Copland se perciben como en cinemascope por sus sonoridades muy de película donde no se ocultan diferentes rítmicas de jazz und alter. Quizá fuera por eso que Meyer requiriera mas intensidad al maestro y a los profesores. Tanto Domingo al arpa como Oliver al piano se escucharon con meridiana claridad. Una vez mas, la solista ratificó su altísimo nivel y la gran ovación la animó a uno de sus encores clásicos de Stravinsky.

Siempre se vuelve con agrado a la Primera sinfonía, de Bizet, obra primeriza de quien alcanzara la inmortalidad con 'Carmen'. García Calvo que conoce los «secretos» en la obra, dirigió en el centro del escenario, sin podio, rodeado de los músicos y rotando su posición para señalar, dinámicas y agónicas de cada movimiento. También los vientos tocaron a ras de suelo, muy de tú a tú con el maestro. Fiel a sus maneras, el oboe de Turbo delineó con excelencia su momento solista. Y así fue señalado por el maestro.

Compartir el artículo

stats