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"Al menos han abierto la ventanilla y los hemos podido saludar"

Don Felipe y doña Letizia se interesan por el bello paisaje y los jardines que rodean la residencia

«Al menos han abierto la ventanilla y los hemos podido saludar» |

Todo dentro de lo previsto, no hubo cambios en el guión y la visita de los reyes de España a Oliva se centró exclusivamente en la entrega del premio Cervantes a Francisco Brines. Sin actos oficiales ni contacto con los ciudadanos, debido a la emergencia sanitaria, muy pocas personas llegaron a experimentar la presencia del jefe del Estado en la ciudad.

«Al menos han abierto la ventanilla y los hemos podido saludar» |

Desde media mañana algunos grupos de ciudadanos, que sabían que para ir a L’Elca necesariamente tenían que pasar por allí, se apostaron en los cruces de caminos que conducen a la residencia de Brines. Después del dispositivo de seguridad llegó el coche donde viajaban los reyes Felipe y Letizia, sin detenerse, y muy pocos fueron quienes alcanzaron siquiera a verles. «Al menos han abierto la ventanilla y los hemos podido saludar», señaló una mujer que se sintió recompensada por la espera y que asegura que les pudo ver en el coche, que lucía el banderín con la insignia real mientras el sonido de un helicóptero revelaba que toda la zona estaba fuertemente vigilada por la policía.

«Al menos han abierto la ventanilla y los hemos podido saludar» |

Ya en L’Elca, los reyes fueron recibidos por el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y en ese momento ya pudieron contemplar desde el suelo el bello paisaje que rodea la residencia. Caminando hacia la entrada de la vivienda, la reina Letizia se interesó por un níspero cargado de fruta en pleno proceso de maduración, y el presidente Puig, que no se separó de la pareja, le informó de que algo más al sur, en Callosa d’en Sarrià, se encuentra una de las principales zonas productoras de esta jugosa fruta.

«Al menos han abierto la ventanilla y los hemos podido saludar» | FOTOS DE PERALES IBORRA.

Medio centenar de profesionales gráficos y de la información esperaban a la puerta. El rey y la reina les saludaron y se detuvieron a poca distancia para que los fotógrafos pudieran realizar su trabajo. Pero ahí acabó todo, porque al interior de la vivienda, donde Francisco Brines les esperaba, solo accedió un número reducido de personas.

De puertas adentro, don Felipe se acercó al protagonista, a quien saludó para entregarle la medalla del Premio Cervantes. En ese momento el poeta hizo el gesto de levantarse y fue la reina Letizia la que le dijo que no era necesario y podía seguir sentado.

Cumplido el protocolo, los reyes hicieron el camino inverso, y otra vez volvieron a sorprenderse con el paisaje de L’Elca, tan presente en la obra de Brines, que ayer se pudo disfrutar en una jornada de auténtica primavera, con un suave viento seco de poniente que ampliaba la visión de todo ese espacio rodeado de naranjos.

El alcalde de Oliva, David González, dijo después del acto que para la ciudad ha sido «un día histórico», no solo por el reconocimiento al poeta, sino también «para todos los vecinos de Oliva, de la comarca de la Safor y del País Valenciano». La primera autoridad local recordó que ningún otro valenciano ha recibido tan alta distinción y, otra vez refiriéndose al espacio físico, recordó que L’Elca ha sido la principal fuente de inspiración» del poeta.

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