Bernardo Carrión, Jordi Llobregat y Santiago Álvarez se conocieron en 2009 durante un taller de escritura que se celebraba en el Museu de l’Iber. Cuatro años después, estos tres periodistas y novelistas en ciernes organizaron la primera edición de Valencia Negra, uno de los festivales de literatura especializada más populares de la ciudad que el próximo mes de junio inicia su novena edición con el patio del museo de los soldaditos de plomo como uno de sus principales escenarios. «Aquí es donde nos conocimos y sin esto seguramente no habría ahora festival», subrayaba Llobregat durante la presentación del certamen, celebrada también en el histórico edificio de la calle Cavallers.

«La celebración del festival simboliza un acto de resistencia a favor de la cultura, que ha sufrido especialmente durante la pandemia», proclamó Llobregat. Será aún una VLC Negra de «desescalada», que tendrá lugar entre el 10 y el 19 de junio en espacios abiertos como el Centre del Carme o el propio l’Iber, con el doble de jornadas que en la precaria edición del pasado octubre y 40 actividades. Pero también será un festival literario sometido a las restricciones de aforos (el público que quiera asistir a las charlas y presentaciones tendrá que reservar su localidad) y de presupuesto (algunas empresas privadas y las instituciones colaboran, sobre todo en la cesión de espacios, pero el respaldo económico sigue siendo mejorable) y sin la presencia de los escritores extranjeros que en los años prepandémicos dieron lustre internacional al evento.

«En el décimo aniversario (en 2022) vamos a tener problemas para seleccionar a los autores internacionales que quieren venir -prometió no obstante Llobregat-. Y estamos hablando de los mejores nombres que se os pueden ocurrir y que nos están pidiendo ya que quieren venir». «València sigue siendo una ciudad a la que quieren venir los autores y VLC Negra sigue siendo su escaparate de calidad», corroboró Álvarez.

Entre los autores invitados a los encuentros que tendrán lugar en l’Íber y el Centre del Carme destacan Víctor del Árbol, Esther García Llobet, Rosa Ribas, Kiko Amat, Carlos Zanón, Paz Velasco, Toni Hill, Andreu Martín o Berna González Harbour. También estará Juan Madrid, quien recibirá el día 10 de junio el Premio Francisco González Ledesma por su extensa carrera literaria y por ser, tal como expresó Álvarez, «pasado y presente de la novela negra española».

Además de los habituales talleres literarios que tendrán lugar en bibliotecas emblemáticas como la de San Miguel de los Reyes, VLC Negra incorpora este año nuevas actividades como la grabación de podcast en directo («Laboratorio de Series» y «¡Aquí se habla de juegos!»), el estreno de un capítulo del programa «true crime» ‘L’hora fosca’ o la colaboración con «booktubers» e «instagramers», así como el impulso de un circuito de librerías de la ciudad. Además, pondrá en marcha intervenciones rápidas -las «Noir Express»-, en las que autores como Carlos Salem, Jerónimo Tristante, Mikel Santiago, Paz Velasco, Vicente Garrido y Antonio Lozano intervendrán durante 15 minutos hablando «con total libertad».

Cabe hasta «Noruega»

El último día del festival se entregarán los premios literarios que concede VLC Negra y que vota el público. En la categoría de «Mejor novela» participan ‘El oscuro adiós de Teresa Lanza’, de Toni Hill; ‘Revancha’, de Kiko Amat; ‘Bajo la piel’, de Susana Rodríguez; ‘Un tío con una bolsa en la cabeza’, de Alexis Ravelo y ‘Los buenos hijos’, de Rosa Ribas.

En la categoría de «Best Novel» están ‘Lejos del bosque’, de Chris Offutt; ‘La mujer de Ödesmark’, de Stina Jackson; ‘El hombre de Calcuta’, de Abir Mukherjee; ‘Tres’, de Dror Mishani; y ‘Catedrales’, de Claudia Piñeiro. Por último, al premio de «Millor novel.la» optan ‘El llibre dels morts’, de Jordi Colonques; ‘Ara direu que estic boig’, de Andreu Martín; ‘Bisturí’, de Ramona Solé; ‘Halley 2042’, de Anna Carreras y ‘Noruega’ de Rafa Lahuerta.

La inclusión de este último libro, uno de los grandes éxitos editoriales del año en la Comunitat Valenciana, ejemplifica, tal como señalaron ayer los organizadores, que VLC Negra no es un festival «purista» sino más bien «inclusivo». «Lo que nos interesa son las grandes historias, como la de este festival».