Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Pablo Rivero | Actor y escritor.

"Al escribir trato de provocar morbo, placer y terror al lector"

«Todo se resume en qué pasa cuando se junta la perversión moral con el ansia de ser visto»

Pablo Rivero publica «Las niñas que soñabancon ser vistas» . Romero de Luque

Su trabajo en el cine, confiesa, le deja poco tiempo libre, pero cuando lo encuentra, a Pablo Rivero le gusta sumergirse en la escritura. El actor de «Cuéntame cómo pasó» se reafirma en su faceta de escritor con ‘Las niñas que soñaban con ser vistas’ (Suma), un retrato de las consecuencias mortales que pueden tener las redes sociales en las adolescentes.

Su libro engancha por el morbo, el miedo y por llevar al lector al límite.

Soy lector compulsivo y veo mucho thriller y terror. Intento buscar historias que me toquen y que me obsesionen porque creo que así es más fácil obsesionar o crear esa necesidad de saber más en el lector. Ya voy teniendo un poco de oficio e intento hacer el libro que a mí me gustaría leer. Juego con mucha información, personajes y matices y trato de provocar ese morbo, placer y terror que, al final, es un poco el motor de este tipo de novelas. Busco que el lector quiera seguir sabiendo y esté con el corazón en un puño. Cuando abordo un tema que me obsesiona lo vivo muy intensamente. Es verdad que, a veces, el reto es poder transmitirlo, pero esa mi intención.

La historia de la novela es muy dura.

Es muy dura y hay muchas partes que están inspiradas en sucesos reales y temas muy escabrosos.

Al investigar para escribir, ¿se ha asustado con lo que ha encontrado?

Muchísimo, es la novela con la que investigando y leyendo cosas, más miedo he pasado sólo planteándome que podía ser verdad. Siento que todo eso ha sido una buena baza porque me ha hecho querer tomar distancia y darle una parte más de ficción a la novela. A la historia le he ido dando capas contextualizándola con la realidad, lo que me ha permitido poder hablar de estos temas sin desvelar muchas cosas porque, en realidad, lo importante es lo que el lector no sabe y acaba descubriendo. Por eso sitúo la novela en una agencia de publicidad, en 2014, en las redes sociales, en Bilbao, todo para separarlo del origen de donde venían estas historias en relación al canibalismo, a los rituales, las desapariciones...

Los vicios de la gente con poder parece que no conocen límites.

Lo resumo en qué pasa cuando se junta la perversión moral con el ansia de ser visto. Un ansia con la que te ciegas, bien porque no eres capaz de ver por esa ambición, o porque realmente eres un adolescente que no tienes maldad ni perspectiva. O qué pasa con la gente que está al otro lado y tiene el poder y lo que busca es comercializar contigo y no con el producto. Por desgracia en la internet profunda, que es otro tema que abordo, hay un mercado y un tráfico real que, con dinero, se puede conseguir de todo. No es nada nuevo. Hay muchos libros y películas al respecto, por ejemplo, de estudiantes de Erasmus con los que luego trafican con sus órganos o de cacerías en las que los ricos cazan a gente que secuestran. ¿De dónde salen las ideas de las películas? Cuando investigas un poco, ves que todo es posible y que, en la internet profunda, a cambio de dinero lo puede comprar todo.

¿Por qué cree que se permite este tipo de negocios?

O porque mueve muchísimo dinero o porque la gente muy poderosa que podría pararlo tiene algún tipo de implicación con ello. En los 80 se creó la deep web (internet profunda) para que fuera un canal libre de expresión sin ser perseguidos y fíjate en lo que se ha convertido. Sé que hay muchas redes de pederastia que se les investiga y pilla a través de esto. Este canal se utiliza sobre todo para el tráfico de drogas, órganos, armas, sicarios, snuff movies... hay de todo. Quiero pensar que, cuando se mantiene, es porque hay de todo y mueve mucho dinero.

Aborda los peligros de la sobreexposición en las redes sociales y cómo se dejan seducir las influencer por sumar likes.

El problema es que no sabemos cual es el precio a largo plazo. No creo que la gente lo haga por ser un dinero fácil sino por reconocimiento, por el modelo de éxito de tener seguidores y triunfar en el entorno, y por el modelo de vida de pasarse el día viajando y de que les regalen marcas. Creo que tiene que ver con los principios. Yo escribo novela negra y me lo llevo al extremo.

¿Cómo es su relación con las redes?

Soy muy correcto, las considero como una herramienta para estar en comunicación con la gente a la que le interesa mi trabajo. Es un arma de promoción en el que mandas el mensaje que tu quieres. Bien utilizadas creo que son muy valiosas. De mi vida cuento bastante poco.

De las tres novelas publicadas. ¿Es esta la más cinematográfica?

Creo que las tres, aunque quizás la más complicada es la primera por el tono. ‘Penitencia’ y ‘Las niñas’ sería muy difícil no rodarlas bien. Se pueden imaginar en plano.

Esta novela tiene muchos guiños al cine.

Me doy gustazos. Además de darles capas a los personajes y demás, escribo cosas que me gustan y cito películas y series que tengo presentes cuando estoy escribiendo porque me ayudan a definir.

¿No se plantea escribir otra cosa que no sea novela negra?

Me gusta buscar un tema que me apetece tratar y luego crear la estructura para que resulte sorprendente. Así me quito la espinita. Hago novela negra sí, pero también hablo de otros temas. A veces, creo que se infravalora el género porque queda en entretenimiento puro y duro. Me gusta entretener, sí, pero también poner sobre la mesa una serie de temas, hacer pensar, o poner el foco en algo en lo que, a lo mejor, el lector no ha caído. Hago los libros que me gustaría leer. Pero nunca diré de esta agua no beberé.

¿Qué le atrae del miedo?

El miedo es parte del género y ayuda a crear expectación y abrir muchos interrogantes. Del miedo me atrae la ambientación, la atmósfera. Me gusta, por ejemplo, «Twin Peaks» por su música extraña o un movimiento de árboles o un ventilador que te ponía los pelos de punta. Me gusta crear elementos, códigos, ambientación, sombras o pensamientos que creen una atmósfera en la que soplo y lector salta. No es meter miedo sino crearlo.

Compartir el artículo

stats