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El tormento y el éxtasis de Joaquín Sorolla

El museo del artista en Madrid inaugura el lunes una exposición de 46 obras «devocionales», la mayoría inéditas para el gran público

sorolla devoto

No estamos habituados a pensar en Joaquín Sorolla como un pintor de temática religiosa pero sí fue un género que cultivó, sobre todo, durante los primeros años de su carrera. Por eso, el lunes el Museo Sorolla, en Madrid, presentará «Sorolla. Tormento y devoción», una exposición temporal comisariada por Luis Alberto Pérez Velarde que propone un recorrido por el trabajo más desconocido e inédito del artista valenciano: la pintura devocional.

El tormento y el éxtasis de Joaquín Sorolla | M. DE BB AA DE ASTURIAS Voro Contreras. València

La exposición, que se podrá visitar hasta el 9 de enero de 2022, presenta una selección de 46 obras fruto de una intensa y sistemática investigación. Son en su mayor parte cuadros inéditos para el gran público, pero de entre todos destaca por su importancia en la carrera del pintor la recomposición museográfica de ‘El entierro de Cristo’.

El tormento y el éxtasis de Joaquín Sorolla | COLECCIÓN PARTICULAR Voro Contreras. València

Se trata de una obra de juventud -Sorolla está pensionado en Italia cuando la realizó- en la que el pintor volcó grandes esfuerzos y expectativas y con la que, sin embargo, no obtuvo el reconocimiento esperado.

El tormento y el éxtasis de Joaquín Sorolla | M. DE BELLAS ARTES DE VALÈNCIA

Sorolla dedicó más de un año de trabajo a pintar esta obra de siete metros. Pese a estar llena de vacilaciones, de indecisiones y arrepentimientos, depositó en ella todas sus esperanzas. Sin embargo, la crítica fue despiadada.

El tormento y el éxtasis de Joaquín Sorolla | F. BANCAJA

«Todo el esfuerzo y las aspiraciones se desvanecen -recuerda la casa-museo en un texto que acompaña a la exposición-, comienza el tormento, la angustia de un artista que busca su verdad. Con su esposa Clotilde García del Castillo se refugia en Asís, reflexiona sobre su fracaso y se propone encontrar una nueva senda, la que le conduce hacia la luz, hacia el éxito».

El tormento y el éxtasis de Joaquín Sorolla | DIPUTACIÓN DE VALÈNCIA

Tras ser abandonado por el pintor, el cuadro de gran formato sufrió grandes daños y de él hoy solo se conservan tres fragmentos. Esta exposición muestra, por primera vez, cómo era la composición a escala real de la obra.

El tormento y el éxtasis de Joaquín Sorolla | JEAN LAURENT Voro Contreras. València

Sorolla ya había abordado el asunto religioso en las obras durante sus primeros años de consolidación como artista. Sus ansias de triunfo se vieron recompensadas en la Exposición Regional de València de 1883, donde obtuvo con ‘Monja en oración’ su primera medalla de oro.

El tormento y el éxtasis de Joaquín Sorolla

De estos años es también la reciente adquisición del Estado para la colección del Museo Sorolla ‘Estudio de monje’ una acuarela fechada en 1881 y que formó parte de la colección particular de Enriqueta García del Castillo, cuñada del pintor.

El 1 de enero de 1885 Sorolla partió a Roma para continuar su formación. Allí esbozó numerosos temas de historia y se enfrentó al género religioso, que había experimentado por estos años un notable resurgimiento.

Durante su estancia en la capital italiana los pensionados debían continuar con los estudios de la Antigüedad clásica y enviar a València informes periódicos de sus avances. En ese tiempo Sorolla ya mostró su inclinación hacia el costumbrismo popular y su vertiente religiosa. Aunque pintó desnudos académicos, fue en la pintura religiosa donde, en realidad, concentró su mayor esfuerzo y esperanzas como se advierte en ‘El buen ladrón crucificado. San Dimas, 1885.

Costumbrismo y devoción

Ya asentado en Madrid, la pintura de devoción siguió acompañándole. Son obras que tienen buena acogida en el mercado. Unas veces se realizan motivadas por encargos de mecenas y protectores, otras, principalmente los cuadros de costumbrismo religioso, buscan en la anécdota la excusa para representar escenas costumbristas, cotidianas, con las que cosecha sus primeros éxitos en exposiciones nacionales e internacionales.

Sorolla se inclinó hacia un costumbrismo refinado y elegante en el que destacan los pasajes de religiosidad popular. Las escenas, muchas veces en interiores de iglesias, como ‘Mesa petitoria’, c. 1892 (cedida por el Museo de Bellas Artes de Bilbao), representan temas de la vida cotidiana y están protagonizadas por gente anónima que recibe sacramentos o participa en ceremonias litúrgicas.

Al igual que otros pintores de su generación, Sorolla trató de reinventar la pintura de carácter espiritual y religioso ante la necesidad social de un nuevo imaginario. La religión se convierte de nuevo en un posible viaje, donde el mundo imaginado se antepone a la necesidad de transmitir una doctrina.

Por ejemplo, ‘La Virgen María’, (cedida para la exposición por el Museo de Bellas Artes de València) responde a un tipo de obras de inspiración religiosa, que comenzaron a prodigarse en la pintura española desde principios de la década de 1890 y que derivan de modelos italianos, en especial de Domenico Morelli y de artistas florentinos.

A pesar del carácter abocetado de algunas pinturas como ‘Duelo’, son obras en las que el artista valenciano muestra su virtuosismo como pintor y los avances en sus indagaciones sobre la luz. Tal como señala el Museo Sorolla, estas obras buenos ejemplos de los intereses del pintor por estos años y documentos excepcionales para comprender el laborioso proceso de su trabajo. Demuestran también la temprana maestría del joven Sorolla en la descripción ambiental de la escena y en la representación de los tipos populares que reflejan su habilidad en la captación del instante.

A partir de 1894 el estilo de Sorolla experimentó una transformación; comenzó lo que se ha denominado «costumbrismo marinero». En sus primeras obras de mar, el interés de Sorolla se centró en el mundo del trabajo, especialmente en las actividades de los pescadores en las playas de València, como en ‘La bendición de la barca’, 1895 (propiedad del Museo de Bellas Artes de Asturias).

«La exposición aspira a devolver a estas pinturas la visibilidad perdida ya que son obras prácticamente desconocidas en la producción de Sorolla, no sólo para el gran público sino, incluso, para muchos historiadores», explica el Ministerio de Cultura en un comunicado.

El valor económico total de las obras cubiertas por la garantía del Estado asciende a 4,1 millones de euros, según publica del Boletín Oficial del Estado (BOE). Las obras para la exposición han sido cedidas por coleccionistas particulares, el Museo de Bellas Artes de Valencia, el Museo de Bellas Artes de Asturias, el Museo de Bellas Artes de Bilbao, la parroquia de la Asunción de Nuestra Señora de Bocairent y la Cartuja de Miraflores, entre otros.

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