Japón es país de tradiciones, de ahí que no sea extraño que cuando uno pasea por las calles de cualquier ciudad del país se encuentre con alguna mujer que luzca con naturalidad su indumentaria más ancestral, el kimono. «Es cierto que desde los años 60 se perdió algo su uso porque se asociaba a algo más ceremonioso y lujoso; sin embargo, en los 2000 un movimiento juvenil lo recuperó pero ‘actualizándolo’ con el uso de botas, chaquetas de cuero,...», explica Anna Miró, secretaria del Kimono Club Valencia. Esta asociación reúne ahora en el Museo de la Seda un total de 32 conjuntos completos de la indumentaria nipona, así como sus accesorios en la exposición «Kimono. De la tradición a la moda».

Miró presentó ayer esta muestra en el museo de la calle Hospital, junto al presidente del museo, Vicente Genovés, y el representante del cónsul de Japón en Barcelona, Yusuke Matsumoto.

La muestra, que se puede visitar hasta el 28 de febrero, está dividida en cuatro espacios. La Capilla de San Jerónimo acoge los kimonos ceremoniales y formales, donde destaca un vestido de novia, rodeado de otras prendas propias de los familiares de la novia e invitadas.

La Sala de la Pometa está dedicada a los kimonos de diario y ocasiones especiales, como graduaciones escolares, la ceremonia del té o salidas familiares, así como documentación gráfica sobre la cultura, uso y costumbres alrededor de esta prenda.

Más adelante, la Sala de la Fama está dedicada a las cuatro estaciones, con prendas de primavera, verano, otoño e invierno. Finalmente, la sala de las Artes Menores expone los complementos necesarios para vestir el kimono, desde sandalias a peinetas o broches.

Tradición viva

La secretaria del club asegura que no querían hacer una exposición en la que los kimonos fueran «lienzos», sino que «queríamos que fuera didáctica y que se vieran en su contexto. Los kimonos son arte, cultura y, sobre todo, moda. El kimono es sobrio, elegante y chic». Y, aunque no se lleve todos los días, «no ha desaparecido», dice Miró, porque «Japón tiene viva la tradición de los artesanos». Y pese a que se pueden encontrar kimonos en fibras sintéticas y artificiales, el material más utilizado y valorado sigue siendo la seda.

Todos los kimonos que expone la muestra proceden de las socias del Kimono Club Valencia, quienes los adquieren en subastas. Un kimono, señala Miró, puede tener un precio de salida de 100 euros y llegar hasta los 18.000, dice la secretaria de la entidad.

Sobre el origen de la palabra ‘kimono’, parece que es más sencillo de lo que a priori pudiera parecer. «En el siglo XIX cuando los occidentales llegaron a Japón y preguntaron a los japoneses cómo se llama esa ropa que llevaban, pensaron en una palabra que les fuera fácil de pronunciar. De ahí viene ‘kimono’, que viene a ser ‘ropa’». Tan fácil como eso.

Por su parte, Matsumoto expresó su satisfacción con esta muestra ya que «algo tan precioso como la seda une nuestras culturas y la realidad del kimono es muy desconocida fuera de Japón».

Para Vicente Genovés, «hay ganas de conocer la cultura japonesa, su historia y arte porque València tiene un vínculo muy especial con Japón, la seda es el hilo que nos une», señaló.

Además, está previsto que en los próximos cuatro meses haya actividades paralelas relacionadas con la exposición. Se realizará un ciclo de cuatro conferencias relacionadas con la historia y la cultura japonesas, que se prolongará a lo largo de los cuatro meses de la exposición. También tendrán lugar, una vez al mes, una visita nocturna especial, en la que, tras una visita guiada por el Museo de la Seda, se podrá degustar una cena de la mano de los mejores restaurantes de comida japonesa en València.