El escultor Miquel Navarro fue nombrado ayer académico de número de la Academia de Bellas Artes San Carlos en un acto en el que defendió el arte y la cultura como «el corazón de la columna que sostiene la civilización y la memoria».

«Con la incorporación de Miquel Navarro -dijo por su parte el presidente de la academia, Manuel Muñoz- hemos cumplido con los fines contemporáneos que sus 250 años de historia exigen a esta casa». «Desde hoy ya nada va a ser igual en esta casa», le dijo Muñoz a Navarro. «Tu impronta era absolutamente necesaria porque nos hacía falta la desnudez de la sinceridad creativa, tan vinculada a la existencia misma».

En su discurso, Navarro se refirió a su experiencia artística como el producto de su «ansia por tranquilizarme de mi primigenia confusión. Calmarse, estimar y saber. Saber enfadarse y alegrarse, aceptar lo natural y lo artificial y aceptar el yo».

El escultor de Mislata, que este mismo año ha puesta en marcha su propia fundación con un museo de más 500 obras, hizo entrega ayer a la Academia San Carlos de una de sus características ‘Testa tubería’ que entrará a formar parte del patrimonio de la institución. Se trata de una obra que el artista definió como «“erótica y pornográfica, fría por fuera y caliente por dentro» y que está inspirada en la cabeza de Leonor de Aragón esculpida por el maestro dálmata del Renacimiento, Francesco Laurana. «No se pueden parecer nunca, pero algo hay, como la frialdad que tiene mi escultura y la de Laurana», explicó Navarro.

El acto concluyó con una representación de danza inspirada también en la obra de Navarro.