"Lo que una el Mediterráneo que no lo separe nadie". Esa fue una de las sentencias de Rossy de Palma, la encargada de inaugurar anoche el escenario del CaixaForum València con 'Brossy', un ejercicio lúdico con la que la chica almodovariana se explaya de lo lindo en un surrealismo humorístico que pretende homenajear la amistad que hubo entre el poeta Joan Brossa y el pintor Joan Miró.
El recuerdo de estos dos artistas solo está presente en los primeros minutos del espectáculo, en los que De Palma imagina el encuentro de ambos en el mar con la ayuda de Pi Piquer, una amiga de la actriz que la acompaña durante toda esta performance basada en la improvisación. Los primeros minutos de 'Brossy' consiguen bajar la guardia del espectador gracias a un ejercicio introspectivo en el que Rossy de Palma y Pi Piquer se encuentran en un escenario plagado de colores primarios y referencias al genio Miró.
Sin embargo, a medida que van pasando los minutos, Rossy de Palma va saliendo de su cascarón performativo para rebelarse contra la cuarta pared. La actriz grita, interactúa con el público, baila e incluso lleva a cabo gags humorísticos con toques dadaístas. De hecho, durante el espectáculo, la actriz habla por un teléfono fálico, da a luz (literalmente) a una idea o ventila el cuerpo de Pi Piquer con un gran abanico para aliviar sus sofocos menopáusicos.
El recreo de Rossy de Palma duró una hora y cuarto. El público participó en este juego de niños con el que Rossy de Palma se metió a València en el bolsillo. "¡Visca València!", gritó la actriz. "Sois los mejores, de verdad. Admiro la forma que tenéis de celebrar la vida. Inventasteis la Ruta del Bakalao. ¡No sé cómo podéis pasar tres días enteros de fiesta!", exclamó De Palma, que incluso se atrevió a hablar sobre la eterna polémica existente por los ingredientes de la paella. "Yo hago unos arroces que te quiere morir, pero cada vez que subo una foto al Instagram de una paella, la gente se me echa encima. Ya me han explicado lo que es la paella y el arroz con cosas. Bueno, pues yo hago arroz con cosas, cosas muy buenas", bromeó la actriz, que concluyó: "Sinceramente, prefiero el arròs del senyoret".
Entre el público, había varios amigos de la actriz, como una antigua compañera del colegio, una médica que trató a Rossy de Palma y una amiga de la actriz que lleva a cabo una importante labor solidaria en Senegal, el retiro espiritual de De Palma en los últimos años. Este ambiente de comunión, entre caras conocidas y charlas informales, fue el que imperó en la inauguración del ciclo de verano del CaixaForum, un espacio perfecto para pasar los días calurosos que nos esperan. Por cierto, aprovechen, porque todavía huele a nuevo.
