Perder un hijo en un tren puede ser gracioso con la ayuda de Inés de León, directora de la secuela de ‘A todo tren’, la película más taquillera de 2021. La directora coge el relevo de Santiago Segura a los mandos de la producción. El reparto está formado por caras muy conocidas de la televisión española, como Florentino Fernández. En esta entrevista, el humorista confiesa que algo parecido a la película le pasó con su hijo hace muchos años. Aunque en Disneyland

¿Cómo fue el rodaje?

Inés de León: Una locura. 

Florentino Fernández: Más sufrido por ella que por mí (ríe). 

Ha sido dentro de un tren. ¿Cómo se hace eso?

I.L.: Ha quedado muy bien, pero ha sido duro. 

F. F.: La primera parte se rodó en un vagón quieto. Bajo había un señor con una palanca haciendo el movimiento. Quedaba bastante realista. Pero Inés quiso grabar en un tren (ríe).

¿Se arrepintieron después?

I.L.: Hubiese preferido otras formas antes, pero al final fue esta. 

F.F.: Con el tren íbamos hasta Pamplona, donde más arriba iba a un intercambiador para volver. De las 7 de la mañana a las 19 de la tarde. 

¿Los niños lo han puesto más difícil? Hay algunos muy conocidos, como Sirena o Luna, que participaron en la película anterior. 

I.L.: Hay algunos muy profesionales. Trabajar con Luna, por ejemplo, es como trabajar con Meryl Streep y no exagero. Me ha gustado mucho la experiencia, pero lo que decía Hitchcock era verdad. Los niños se distraen porque son niños. Pero me muero de ganas de volver a trabajar con ellos, especialmente con Sirena, que tiene una cómica nata.

F.F.: Son niños que viven la profesión de una manera muy genuina. Cuando tú como adulto estás rodando y te entra un dolor, intentas callártelo todo lo posible para seguir, porque te da un corte de la hostia. Javi, un niño de la película, se mareaba y teníamos que cortar. Le daban biodraminas, pero se quedaba dormido (ríe). Le daban codazos para decir su frase. 

La primera ‘A todo tren’ fue la más taquillera de 2021. ¿Ha sido un reto sumir la dirección de la segunda?

I. L.: Sí. Santiago Segura dice que las secuelas tienen que ser igual que las películas anteriores pero totalmente diferente. Hay que seguir la estela del humor pero aportando cosas. 

F.F.: Esta es una película más grande y eso lo aporta Inés. 

¿También ha supuesto un reto dirigir en un género tan trillado como la comedia familiar?

I. L.: Esta es una película de acción disfrazada de una película familiar. Hay helicópteros, persecuciones... Cada vez que abordo un proyecto audiovisual me imagino cómo lo recibiría el espectador. El ego del creador no puede estar por encima de lo que merece el espectador. O sea, no podía hacer un ‘Indiana Jones 4’. No. Tenía que hacer un ‘Indiana Jones 3’. Es decir, que fuera maravillosa pero siguiendo en transición con la anterior. Cuando hago comedia me gusta darle peso a los personajes femeninos y he tenido la suerte que tener un guion con la misma intención. 

Esta vez son las madres las que pierden a los hijos. ¿Hay diferencias entre hombres y mujeres a la hora de encarar situaciones de estrés?

I.L.: Claro que no. Esa es la gracia de la película. Todos somos un desastre. Reivindicamos el derecho a ser desastrosos.

Malos padres y malas madres. 

I.L.: Exacto. ¡Es un derecho! (ríe)

F.F.: Es que no hay ningún libro que te diga cómo hacerlo bien. Nunca piensas que te van a pasar situaciones como las que plasma la película. Gracias al mundo que vivimos, conectados, no ocurren prácticamente todas. 

¿Te ha pasado algo así con tu hijo, Flo? ¿lo has perdido alguna vez? 

F.F.: Me pasó en Disneyland. Mi hijo, que tenía entonces 7 años, quería subirse a una montaña rusa. Cuando lo esperaba a la salida me reconocieron unos españoles y me quedé hablando con ellos. Se ve que mi hijo me perdió de vista, porque cuando se fueron yo no lo encontraba. ¡Qué sustó! Mi mujer y yo estuvimos dos horas buscándole. Al final no pasó nada, porque estaba en una zona especializada para estos casos. Lo revelador fue lo que me dijo la trabajadora: «Aquí se despistan más los padres que los niños». 

En esta cinta vuelves a trabajar con Santiago Segura, y eso que seguís juntos en la carretera. Habéis cumplido cinco años con la obra de teatro «El sentido del humor». 

F.F.: Sí. Conozco a Santiago desde hace 20 años. Nos conocimos porque le pedí que me presentara un libro. Nos llevábamos bien, pero ahí nos hicimos amigos. Para mí, trabajar con él no es trabajar. Interactuamos igual que lo haríamos en una cena. Aceptaría cualquier papel que me ofreciese.