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Un maestro del relato

George Saunders: "Si consigo que se transforme un corazón humano, ese será el principio del cambio político"

A la espera de que se publique el año próximo su celebrada libro de relatos, 'Liberation Day', el considerado mejor cuentista estadounidense lanza 'Zorro 8', una fábula ecologista disfrazada de ingenuidad

El escritor norteamericano George Saunders.

A otro lado de la pantalla del ordenador, en su casa de Los Ángeles, George Saunders (63 años), posiblemente el mejor escritor de relatos estadounidense vivo -un título que le pueden disputar no más de tres o cuatro de sus colegas- explica el origen de una de las características más significativas de su escritura: la verdad que trasmiten las voces y los monólogos que sustentan sus cuentos, los de esa gente normal abocada a situaciones anormales. En su caso, todo nació de la necesidad, cuenta. “En el Chicago de mi niñez solo podías ser guay si eras guapo o deportista y yo no era ninguna de esas dos cosas. Pero había otra manera de llamar la atención: imitar a los famosos o todavía mejor, imitar al profesor. Pero el top de todo ese proceso era inventarte un personaje con su biografía y su voz. Todavía hoy no puedo contar una historia si no tengo una voz. La cosa va así: alguien habla y yo le dejo hablar para que cuente esa historia”.

Con una trayectoria no muy extensa que incluye libros de relatos tan fascinantes como 'Pastoralia', tan perfectos como '10 de diciembre' y una excéntrica novela, la única por el momento, 'Lincoln en el Bardo', con la que obtuvo el Booker, la última voz con la que se ha encontrado Saunders es la de un animal, un zorro buenazo, capaz de citar a Dickens, pero incapaz de escribir correctamente porque aprendió el lenguaje de los ‘umanos’ oyendo a una madre contar historias a sus hijos.

‘Zorro 8’ (Seix Barral) publicado originalmente en el diario británico 'The Guardian', es una fábula aparentemente compasiva que podría confundirse con un amable relato para niños si no fuera porque los temas a los que apunta, nuestra responsabilidad frente a todos los seres vivos y la defensa del medio ambiente, poco tienen de ingenuo. A la espera del libro de relatos 'Liberation Day' que acaba de salir en Estados Unidos -aquí lo hará el año que viene- y que está despertando críticas ditirámbicas por parte de colegas como Jonathan Franzen o Zadie Smith, este librito ilustrado por Chelsea Cardenal es un divertimento en el que lo encantador no excluye la crítica social. Y ahí es muy difícil no pensar en el 'El fantástico Mr. Fox' de Roald Dahl (y Wes Anderson).

Se nos cae la casa

“No fui muy consciente de que estaba escribiendo una fábula ecologista hasta que la terminé. Quería hacer hablar a este zorro que tiene dificultades con la escritura y que por eso en vez de rebajar el nivel de comunicación con el lector lo amplificara porque el resultado es muy gracioso”, cuenta un recién levantado de la cama George Saunders, consciente de que ha sido muy poco lo avanzado en la reciente cumbre del clima en Egipto. “Mi sensación es que se nos está hundiendo la casa mientras el miembro más querido de la familia, tu madre por ejemplo, está allí dentro. Así que este cuento tiene algo de ruego, de llamamiento. Y eso es lo único que puedo hacer: contar una historia, pero si consigo que se transforme un corazón humano, ese ya será el principio del cambio político”.

Cambio político es un concepto clave para un autor que no le teme a la idea. Para él cualquier relato, incluso el aparentemente más alejado, tiene esa lectura. Pone como ejemplo un cuento de Chéjov, 'La tristeza', en la que un cochero a quien se le ha muerto el hijo quiere trasladar su pena a aquellos que alquilan el trineo que conduce y que no se detienen a escucharle. “Esa historia es política, lo multiplicas por un millón y tienes la Revolución Rusa”, zanja.

Por qué votaron a Trump

Sin embargo, Saunders ha sido mucho más concreto. Especialmente en las crónicas escritas para ‘The New Yorker’ en las que ha intentado comprender sin dejar de rechazar a los votantes de Trump. “No se puede acusar a Trump de todo lo que ocurrió entonces. Él sencillamente prendió fuego al descontento de muchos ciudadanos, algo que la gente de izquierdas no supimos percibir. Por suerte, creo que en cierto modo hemos reparado el daño que causó el anterior presidente quizá porque muchos republicanos están hartos de extremismos. Lo que más me preocupa ahora es ese concepto de posverdad que todavía sigue estando entre nosotros y que va a ser muy difícil de erradicar porque el conspiracionismo está muy difundido. Un escritor tiene que ser sensible a estas cosas”.

Esa sensibilidad empática que marca su escritura está muy vinculada a la práctica del budismo que mantiene desde hace 20 años. “El budismo me ha enseñado que estoy vinculado a todas las criaturas y que por esa razón recluirme en mi espacio y defenderlo es solo una ilusión sin sentido”, explica. El autor desarrolló esta idea en su ya célebre discurso a los estudiantes de la Universidad de Syracuse, ‘Felicidad, por cierto’, que se hizo viral, en el que se atrevía a defender un valor tan sencillo -y tan fácil de confundir con la filosofía de Mr. Wonderful- como ser amable. Al igual que su zorro y tan amable como él, Saunders quiere comprender por qué los humanos hacemos lo que hacemos. “Por qué podemos ser a la vez, tan creativos y tan malos. Para eso utilizo la ficción, para hacerme preguntas, quizá no encuentre las respuestas, pero esa es la magia de la ficción. Si puedo ser amable mi mundo será mejor, eso me ayuda a apartarme de la desesperanza”.

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