Inmenso Daniil Trifonov

El pianista sorprende por su fuerza, el poder, convicción y el virtuosismo

Daniil Trifonov  en el   Palacio Carlos

Daniil Trifonov en el Palacio Carlos / Fermin Rodriguez

Justo Romero

Justo Romero

En la fiesta total de la música que es el renovado Festival de Granada, el piano ha adquirido particular protagonismo dentro de una programación empeñada en atender todos los géneros y públicos. El martes, Daniil Trifonov (1991), grande entre los colosos del piano contemporáneo, que ya dejó imborrable recuerdo en su actuación en el Palau de la Música, en marzo de 2019, cuando tocó el Primer concierto de Rajmáninov junto con Guérguiev y la Orquesta del Mariinski, recaló en la Granada festivalera para dejar su impronta en una cita en la que en esta edición también han actuado grandes como Vikingur Ólafsson, Javier Perianes, Yuja Wang o Ígor Levit.

Trifonov toca con la fuerza, el poder y la convicción y el virtuosismo de sus eternos paisanos “soviéticos”, desde Richter a Guilels. Y como ellos, su arte es versátil y total, capaz de hacer el mejor Schumann y el mejor Scriabin, el Chaikovski más ideal y el Ravel más cristalino. Lo puso de relieve en este muy esperado recital en el Carlos V, donde ha recalado con un programa heterogéneo y enjundioso, solo apto para colosos del teclado y del arte. De tantas enjundias técnicas como exigencias expresivas.

Concierto de   Daniil Trifonov

Concierto de Daniil Trifonov / Fermin Rodriguez

Trifonov hizo magia y filigrana con las bellezas y sutilezas del poco tocado Álbum para la juventud de Chaikovski, obra maestra que nada tiene que envidiar a su célebre hermana schumanniana, y que el inolvidable Esteban Sánchez tocaba como los dioses y hasta llevó al disco, desgraciadamente, en un registro inédito en cedé. Como el inolvidable genio extremeño, Trifonov se transforma él mismo en un chavalín que disfruta, vive, ríe, llora, baila, siente y juega con cada una de las 24 miniaturas que configuran el policromo retablo infantil. Luego, como contraste casi brutal, el fuego y la imaginación schumanniana desplegadas en la Fantasía de Schumann, que Trifonov noveló con vehemencia, fantasía y total arrojo. Cantó con desnuda pasión y lirismo de la mejor factura, y, lejos de templar contrastes, en los episodios más tempestuosos y agitados no vaciló en echar leña al fuego. Tocó más con el corazón que con una cabeza que parecía rendirse gustosa al dictado del alma. Inolvidable.

Visión moderna

Tras la pausa, llegó otra fantasía, la de Mozart, la en do menor, K 475. Frente al mundo incandescente de la de Schumann, aquí el salzburgués se muestra sombrío y enigmático. Trifonov se olvida del incipiente instrumento que conoció Mozart y plantea una visión moderna, de dinámicas extremas y fortísimos más schumannianos que mozartianos; más sokolovianos que piresianos. Con pedal sin complejos. Los tiempos vivos son también enfatizados, mientras que las lentitudes rozan el paroxismo, quizá impulsadas por la magia sin palabras ni razones de la calurosa noche alhambrista. Gaspard de la nuit de Ravel llegó con un inicio de Ondine de sonoridades concretas acaso poco difuminadas y cortas de ambigüedad y misterio. Luego, en El patíbulo, puso al público con un nudo en la garganta que casi asfixió a todos de emoción. Dramatismo genuino. Implacable como una guillotina. Quizá el patíbulo raveliano más teatralizado y despiadado. El dificilísimo Scarbo rebasó cualquier límite o contención. ¡No se puede tocar mejor!

Concierto de  Daniil Trifonov

Concierto de Daniil Trifonov / Fermin Rodriguez

Fue el preludio del final, con una abrasadora, arrebatada y fascinante Quinta sonata de Scriabin. Pianismo de máximo rango gobernado por un artista total, entregado sin reservas al dictado del compositor y de su propio talento. Apenas alguna mínima rozadura humanizaba y hacía creíble el prodigio obrado por este artista de sinceridad y entrega sin fisuras. Apoteosis y éxito, culminado fuera de programa con la quietud del coral bachiano Jesus bleibet meine Freude, en la adaptación pianística de Myra Hess que ya había regalado en su actuación valenciana. Pura magia. Pasaban las doce de la madrugada y cierto frescor comenzó por fin a correr. Son las cosas únicas del Festival de Granada.

72 FESTIVAL DE GRANADA. Recital Daniil Trifonov (piano). Obras de Chaikovski, Schumann, Mozart, Ravel y Scriabin. Lugar: Granada, Palacio de Carlos V. Fecha: 11 julio 2023.

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