se puede engañar a todos algún tiempo y a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo". Esta conocida afirmación de Abraham Lincoln la tuvimos en cuenta esta última semana mientras se producían los últimos acontecimientos en el Levante UD. La encontramos apropiada para personas aún ligadas al club y para otras que se han acercado a él, como los componentes del culebrón Carmona. Un culebrón que hemos soportado con paciencia, tolerancia y deseos de que fuera posible su anunciada aventura granota. Bien lo sabe Dios. Como a muchos levantinistas nos sedujo la palabrería de don Tomás Carmona durante algún tiempo, cuando su grupo prometía un proyecto ambicioso, con un entrenador prestigioso, y afirmaba contar con suficientes euros para llevarlo adelante.

Después, a medida que pasaron los días, dejamos de creer en él. Sus excusas para retardar la compra hablando de personas retenidas en aduanas por carecer de pasaportes en regla, sus plantones en la notaría a Julito Romero y cía, la ausencia de claridad en sus idas y venidas, nos llevaron a desconfiar en sus promesas de futuro. No obstante, hubo gente que le siguió otorgando su confianza, que mantuvo la opción Carmona como válida en el horizonte levantinista durante mucho tiempo. Lo hicieron ingenuos aficionados e informadores granotas que continuaron viendo en ella la única escapada posible del yugo villarroelista. Y sólo por este motivo apostaron por Carmona sin condición alguna.

Finalmente, cuando el culebrón se terminó, cuando el grupo Carmona ha dicho adiós al Levante largando desventuradas excusas para marcharse, toda su credibilidad ha terminado convertida en cenizas para toda la afición granota, hasta para los que veían realidades en ella cuando sólo había cortinas de humo.

El capítulo Carmona se ha cerrado. Quisiéramos que definitivamente, porque si volviera a abrirse no nos fiaríamos ni un pelo de quien se ha burlado de nosotros. Lo de volver a abrirse lo decimos sabiendo que Romero y Villarroel andan impacientes por vender y pueden aceptar cualquier oferta ventajosa para ellos. Tarde, muy tarde se habrán dado cuenta que sus maniobras para impedir la llegada de Antonio Blasco al Levante les ha llevado, de la mano de "Carmonas", a callejones con pocas salidas a la vista.

Pero esperemos que encuentren alguna seria y aceptable. No por ellos, que nos importa un pimiento si se llenan o no sus bolsillos, sino por el club. Necesita tranquilidad y despejar sus horizontes. Sabiendo lo que quiere y como conseguirlo. Entre otros motivos para animar a sus aficionados a sacarse los pases. Dando la imagen de un Levante serio, con un equipo directivo fiable. Es lo que falta porque en lo deportivo, de la mano de Manolo Salvador, se están haciendo las cosas con sentido común, conformando una plantilla modesta pero competitiva. Nos lo han asegurado personas que conocen a fondo los temas futboleros. Afirmándonos que será una plantilla capaz de devolver la sonrisa en el Ciudad de Valencia.