Meadiapro, la empresa que detenta los derechos televisivos de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), acaba de solicitar concurso de acreedores, oficialmente, según ellos, provocado por la ejecución de la sentencia que le obliga a pagar 104,9 millones de euros de forma inmediata a Sogecable. Extraoficialmente Mediapro cuenta que no tiene problema de solvencia, pero que no le quiere pagar a la filial del Grupo Prisa, porque a su vez, éstos no le han pagado por los derechos de la próxima Liga, en una batalla más de las tantas guerras que nos ha traído la venta de los derechos de transmisión del fútbol español.

La primera guerra civil por estos derechos tuvo como protagonistas a la antigua Antena 3 de Antonio Asensio y al Grupo Prisa. Se saldó con un armisticio y la integración de ambas partes en AVS (Audiovisual Sport) a partes iguales (40%) y un primus interpares, TV3 con el 20%. Esta segunda guerra civil no se sabe cómo acabará. A un lado de la contienda se encuentran el holding de Prisa con su Audivisual Sport (AVS), de la Sogecable, Sogecable, su división audiovisual ya ostenta el 80% de su capital social. Además, Digital+ transmite los partidos. Al otro lado está el holding de Imagina, que agrupa un montón de empresas, entre ellas la mencionada Mediapro, y la cadena La Sexta a través de la que se ven los partidos en abierto o en su canal de pago, Gol TV.

Excusas o razones aparte, lo cierto es que son muchos los especialistas en la materia que esperaban algo así, más pronto o más tarde, puesto que Mediapro constituida, hace unos cinco años, entró en el mundo del deporte arrasando. Primero pactó con el hoy ejército contrario de Prisa y luego se hizo con los derechos de casi todos los clubes de fútbol de Primera y Segunda División, dejando a sus otrora aliados con un palmo de narices y con un año, la temporada 2008/09 digna de enmarcar, porque llegó a televisar hasta 3 partidos en abierto un mimso fin de semana. En algunas ocasiones no se sabía quién iba a transmitir y cómo. Entonces interesaba el abierto como arma de combate para atacar el «pago por visión» de Canal Plus. Superada la primera fase de la guerra, porque a ambos grupos les hacía perder mucho dinero, con un falso armisticio, esta temporada pasada, el que quería ver fútbol tenía que pagar fuera cual fuera el emisor. ¡Hay que ver cómo cambia la filosofía cuando apremia la economía!

La apuesta deportiva de Imagina/Mediapro/La Sexta no sólo se redujo al fútbol, sino que se amplió al baloncesto, lo primero que empezaron a televisar con el Mundial de 2008, y a la Fórmula 1, de la que le arrebataron los derechos a Tele-5, dicen que pagando el doble que aquellos. Además, se llevó con ella todo el equipo que retransmitía las carreras, que consiguió penetrar en la audiencia. Eran momentos de vacas gordas. La cadena emisora, La Sexta, necesitaba ofrecer buenos espectáculos para atraer audiencia y con ella, la publicidad con la que pagar los costes de los derechos. Pero ya antes, incluso en los momentos boyantes, alguien dijo que era imposible pagar esas cifras por la Fórmula 1 o por el fútbol con los anuncios que generasen. Con las vacas flacas, ni en sueños.

Así, Mediapro, de momento deja un alto número de acreedores, 816, declara un pasivo de 900 millones y unos posibles bienes con los que hacer frente de 915 millones, pero tiene una obligaciones de pago por derechos de retransmisiones deportivas, la mayoría del fútbol, de 2.538 millones, que se dice pronto. Y nuestros clubes de fútbol se han puesto a temblar. De momento, el Sevilla FC ha paralizado fichajes de jugadores, y el resto de clubes están a verlas venir, con la excusa de esperar a que finalice el Mundial. Ya veremos qué pasa cuando acabe, pero no será la primera vez que les pasa. Con motivo de la primera guerra ya tuvieron un alza exagerada en la venta de sus derechos televisivos, su primera fuente de ingresos actual, que cayó en picado cuando se acabó, hasta que apareció Mediapro tirando la casa por la ventana.

Nuestros clubes de fútbol pensarán que alguien solucionará el problema, acostumbrados como están a que las instituciones públicas les saquen del atolladero, pero cabe apuntar que una cosa similar ya pasó en Alemania con el grupo del magnate Kirsh, que poseía los derechos de la mayoría del deporte alemán, el fútbol incluido. Quebró y dejó a los clubes en muy mala situación.

Pero, además, lo absurdo al que ha llegado la situación es que las cadenas priman sobremanera la publicidad de los eventos que retransmiten. Por ejemplo, TVE sublima el campeonato Mundial de Motociclismo sobre cualquier otro evento y en sus telediarios les dedica un tiempo extraordinario. En esta semana ha hablado bastante del Gran Premio de Holanda y casi nada, hasta el jueves incluido, de la F1 de Valencia. Si vas a la Sexta lo mismo, pero al revés; y los del Plus, informan del mundial de fútbol hasta en el programa nocturno de Iñaki Gabilondo, de debate político, en la CNN.