Conducción peligrosa en Malasia; lo mismo en China; no tener gasolina para llegar al garaje después de una clasificación; y adelantar al coche de seguridad. Hamilton ha salido ileso de las cuatro irregularidades que cometió esta temporada. Un drive through (pasar por la calle de garajes sin detenerse) sin consecuencias es todo el castigo que se ha llevado el inglés por su póker de triquiñuelas, además de un par de reprimendas y unos poco miles de dólares. Escaso daño para la reincidencia de un piloto más que brillante y candidato al título, pero demasiado aficionado a forzar el reglamento en las carreras. Clama Italia por lo que dicen fue una injusticia el domingo en Valencia y se queja también España. En Inglaterra miran hacia otro lado y dicen que les han robado en el Mundial del fútbol, si no se posicionan al lado de la FIA y le dan la bendición por sus decisiones, como hace la oficialista "Autosport".

En el fondo tiene suerte este Lewis Hamilton. La polémica le persigue y él saca la muleta, torea y sigue adelante. Problemas en cuatro fechas sobre nueve, signo de conducción al límite y de ambición desbordada. Quiere ya el segundo campeonato y el domingo le dio un buen bocado. No debió ser así. En la retahíla de normas de la Fórmula 1, un reglamento de chicle que se adapta se reforma y moldea incluso con el partido empezado, no hay ninguna que diga cuánto tiempo deben tardar los comisarios en aplicar sanciones. Con calma, se tomaron 25 minutos para resolver que Lewis Hamilton había adelantado al coche de seguridad en la pista.

El reglamento se moldea al ritmo que a Hamilton se le ocurren travesuras, quizá por eso arriesgó cuando se vio parejo al coche de seguridad, convencido de que sus problemas no serán de calado.

Sale hasta el presidente de Ferrari, Luca di Montezemolo, para decir que la carrera "estuvo falseada". Alonso quedó bloqueado y condenado a las catacumbas del pelotón mientras Hamilton se iba con pista por delante. "Fue grave e inaceptable, crea precedentes peligrosos y arroja sombras a la credibilidad de este deporte". Palabra de Montezemolo. El presidente da pistas: "Estamos seguros de que la FIA analizará lo sucedido y adoptará las decisiones necesarias. Lo seguiremos con interés".

En la FIA manda Jean Todt, que salió de Ferrari de mala manera, así que el peso de la Scuderia es escaso al lado del que puede tener McLaren, con toda su tradición y pompa automovilística británica.

Se adivinan cambios en la norma del coche de seguridad. Otra vez sería después de una "hamiltonada" del auténtico revisor y actualizador del reglamento. De momento toca esperar para saber a qué hora termina la barra libre de Lewis.