Se adivinaba tormenta sobre tormenta, pero a la hora de la verdad, truenos sobre Del Horno... y nada más. La presentación del Valencia deparó, por el contrario, una sorpresa, aunque relativa. Anunció el locutor, José Manuel Parra, el eterno seis del equipo y Mestalla olvidó y perdonó, si es que no lo había hecho ya. Albelda salió al campo con todo el estado de pie, se llevó la mayor ovación de la noche -obviando las loas al mítico Españeta- y escenificó la reconciliación de la grada con una plantilla que le ha dado una pretemporada cuanto menos decepcionante. Pero ahora, a la hora de la verdad, cuando Mestalla tenía que dictar sentencia, la dictó. Sin consecuencias. La salida de Unai Emery y del cuerpo técnico pasó casi desapercibida, ayudada por una megafonía excesivamente esridente, como siempre.

Y, como siempre, la grada recibió a sus jugadores de manera dispar, pero con menos disparidad que en otras ocasiones. Quitando los pitos a Del Horno y a Fernandes, que tardó más de lo estrictamente necesario para recorrer el trecho que separa la salida de los vestuarios del estrado donde estaba la plantilla, todo fueron aplausos y reconocimiento para un equipo que debe sentir con fuerza el apoyo del público esta temporada. Eso Mestalla, perro viejo, lo sabe bien. Aunque la presentación podría calificarse de fría, sin grandes muestras de cariño como en otras veces -en parte porque el estadio estaba medio vacío cuando comenzó el acto-, fue más cálida de lo que se esperaba.

El recibimiento a Mata, campeón del mundo, copaba buena parte de la atención, pero fue cuando salió al césped Albelda cuando Mestalla habló. Gritó. Aplaudió. Olvidado el episodio de Koeman, el paso por tribunales y demás, la afición le reconoció al de La Pobla Llarga su década de servicios. Sus aplausos al "seis" fueron lo más destacado en un acto sumamente "low cost", sin estridencias, acorde con la nueva mentalidad.

Los cánticos espontáneos, de esos que siempre hay en las presentaciones, se hicieron esperar, pero llegaron para Mata, flamante campeón del mundo, y para César, uno de los hombres más queridos de la plantilla valencianista. Mestalla coreó su nombre y les hizo hincapié en que han de ser los nuevos estandartes. Navarro dio la vuelta al cajón y Joaquín estrenó capitánia con una gran ovación.

Tras la salida de los jugadores, sonó el himno de la Comunitat, con algunos problemas de sonido. Mientras, en el palco VIP, el habitual desfile de personalidades: entre otros, se dejaron ver por el casal Mateo Castellá, director general de Deportes, el ex presidente Pedro Cortés -felicitado varias veces por ser campeón del mundo-, el conseller Rafael Blasco, y todo el consejo del Valencia, que no bajó al campo por primera vez en mucho tiempo. Luego, los titulares saltaron al césped al son de la banda sonora de Piratas del Caribe, como siempre, y Mestalla se preparó para su primera noche de fútbol de la temporada.