Verano de sentimientos a tope, a flote, a trote. Los nacionalistas españoles de ultraderecha moderada reclamaban que Gibraltar, el islote, peñón o, según los viejos del lugar, el «peñazo ese», regresase a papá España. Pero ¿qué hacemos con los gibraltareños, esa gente chaparreta que habla andaluz cerrado y se sienten más británicos que la Commonwealth o la moqueta? Otro tanto de lo mismo ocurre con los nacionalistas catalanes. Unos reclaman la independencia, otros, una consulta, otros, el destierro permanente de Isabel Coixet, pero todos acuerdan que se sienten muy catalanes, mucho.

Ser madridista es, más bien, sentirse madridista. Siento diez, siento veinte o siento treinta. Por eso llora tanto Roncero, por eso Di Stefano tiene ese empaque para ligar con treintañeras o por eso Cristiano Ronaldo es el jugador mejor pagado del planeta. A lo tonto, rebuscando en el archivo de peñas madridistas que tiene el club en su web, he encontrado varias que se sienten muy madridistas y, claro, hay que respetarlas, que los sentimientos hay que respetarlos.

Peña madridista «Rambo» Petkovic (Tiñana): Homenaje al futbolista que ellos sienten que es el mejor jugador que ha pasado por el Real Madrid. Y si lo sienten, hay que respetarlo. Que los sentimientos hay que respetarlos.

Peña azulgranomadridista (Villaconejos): Honran tanto al Real Madrid como al Barcelona. Exigen que, un año, la Liga quede en empate para no ofender sus sentimientos. Y si lo sienten, hay que respetarlo. Que los sentimientos hay que respetarlos.

Peña blanca «Los albinos» (Andorra): Albinos reunidos por el color y por el «feeling» blanco, que sienten que les falta un jugador con su anomalía genética en el equipo. Y si lo sienten, hay que respetarlo. Que los sentimientos hay que respetarlos.

Peña madridista Djukic (Plasencia): Homenaje al futbolista que ellos sienten que es el mejor jugador que ha pasado por el Real Madrid, aunque Djukic no haya jugado nunca en el Madrid. Y si lo sienten, hay que respetarlo. Que los sentimientos hay que respetarlos.

Peña blanca «El solitario» (Montes de El Bierzo): Su presidente y único miembro es Manuel Díez, un señor esquizofrénico que tiene varias personalidades y siente que puede formar una peña, aunque esta solo pueda formarse con un número mínimo de miembros. Y si lo siente, hay que respetarlo. Que los sentimientos hay que respetarlos.