«Uno debe saber dónde quiere estar y lo que quiere hacer. Yo siempre tuve claro que lo que quería era quedarme aquí y confiaba en mis posibilidades. Nunca, pasara lo que pasara, bajé los brazos y siempre trabajé al máximo para estar preparado para cuando se me requiriera». Ésta es la filosofía con la que ha trabajado Pablo Piatti en los últimos meses y que le ha llevado a convertirse en un fijo en el esquema de Pizzi cuando, en verano, el club le forzó a marcharse y ante la negativa de éste se le excluyó de la gira americana y otorgó un dorsal (2) impropio de un jugador ofensivo. «Nunca dejé de confiar en mis condiciones y siempre trabajé para tener un lugar y sigo haciéndolo. Mi único objetivo personal es trabajar para tener un puesto en el equipo. Sé que el fútbol da muchas vueltas y hay cosas que pasan por la mentalidad de cada uno», confiesa. El argentino, que ha guardado silencio público durante los últimos meses, cree que Pizzi además de lograr cambiar la dinámica del equipo, ha logrado inculcar una mentalidad ganadora. «La mentalidad del equipo ahora es ganadora y se demuestra en cada encuentro. Estamos en una dinámica positiva, pero de nada servirá lo hecho si tropezamos contra el Sevilla. Allí intentaremos salir a ganar en un campo muy difícil , tenemos que jugar con una buena mentalidad, con compromiso y divertirnos jugando», sostiene. Cree que, el equipo no debe pensar en metas a largo plazo y sí en mantener una línea de regularidad. «No hay que precipitarse. Nuestra mentalidad debe pasar por la regularidad. Si somos regulares lo que queda de Liga puede que lleguemos a los puestos de arriba», afirmaba. Respecto al buen ambiente del grupo, Piatti lo justificó en los resultados. «Las cosas se ven diferente cuando se gana porque, cuando no entra la pelota, esto es un infierno», sostiene.