La segunda fase en la operación de venta del Valencia CF, en la que se debían evaluar las ofertas vinculantes aceptadas el 1 de abril, finalizaba ayer, martes 22 de abril. Al menos así constaba en el calendario inicial, aunque el jueves pasado trascendieron unas nuevas fechas. La gestora había solicitado más tiempo, por lo que el plazo de estudio de los seis proyectos que quedan en liza se demoraba hasta el 3 de mayo. Como tampoco se veía conveniente interferir en la marcha deportiva del equipo, inmerso en las semifinales de la Liga Europa, no parecía apropiado desvelar el nombre del nuevo propietario del club hasta el 17 de mayo. Una vez disputada la hipotética final continental. Todo muy comprensible, pero sin ningún tipo de confirmación oficial. Ayer todo el mundo se quedó esperando un calendario alternativo al que siempre se había barajado. La comisión gestora se encerró alrededor de las cinco de la tarde, y a las diez de la noche concluía su reunión sin ningún comunicado posterior por parte de la Fundación, añadiendo mayor incertidumbre a un proceso que empieza a generar dudas por los aplazamientos, los inversores que se descuelgan, y los que afirman no figurar como avalistas.

Fuentes próximas a la comisión gestora no ocultaban ayer su malestar por cómo se está desarrollando este último tramo de la venta del club de Mestalla. La confidencialidad no se está respetando por alguna de las partes, por lo que están haciéndose públicos aspectos que deberían llevarse con mayor discreción y sigilo. Algo básico en este tipo de procedimientos, recuerdan. El primer error, opinan, fue el de hacer públicas unas fechas que por experiencia se sabe que pueden sufrir modificaciones en «aventuras» de esta envergadura, como lo demuestran las sesiones maratonianas, con proyectos de más de 500 folios sobre la mesa, documentaciones que remiten a varios países de la UE y profusión de datos económicos que están eternizando el trabajo de la comisión.

Entrevistas con los inversores

El objetivo, hasta el 3 de mayo, es entrevistarse con las candidaturas más potentes, y las que mayor grado de confianza han generado en los técnicos de la comisión gestora. Especialmente la estadounidense Cerberus Capital Management. En los últimos días también han ganado peso, según fuentes próximas a la Fundación, las de capital asiático como son Wanda y Lim, ambas auspiciadas por Amadeo Salvo. Cuando el comité analizador de los proyectos haya culminado su radiografía financiera, se sumarán Aurelio Martínez, como presidente de la Fundació VCF, Salvo, presidente del Valencia CF, el conseller de Hacienda, Juan Carlos Moragues y un representante de Bankia.

En este último escalón debería realizarse una criba que permitiera llegar a la reunión del patronato de la Fundación con dos o tres ofertas. Al menos eso es lo que se baraja entre los distintos patronos consultados por este periódico. Según los estatutos, harán falta dos tercios de los votos como mínimo — catorce — para aprobar qué oferta es la que se llevará finalmente a la Junta de Accionistas, tal como ha sido siempre el objetivo de Aurelio y Amadeo. Pero el tiempo se echa encima con demasiados interrogantes.