Francisco Ros Casares, presidente y fundador del imperio siderúrgico Ros Casares, falleció ayer a los 87 años en Valencia tras una larga enfermedad. El conocido empresario, con vocación de industrial desde muy joven, era el patriarca de una corporación que inició su andadura profesional en el año 1954 con la apertura de pequeño almacén de hierro en la ciudad del Túria y que al cabo de los años se ha convertido en la Corporación Ros Casares, un conglomerado que en 2007 alcanzaba su momento más álgido de negocio tras superar los mil millones de euros. La segunda generación familiar, que tomaba las riendas de la compañía hace dos décadas, está al frente de un «holding» con una plantilla que superó los 1.400 personas. Cuenta con negocios diversificados en el ámbito siderúrgico, logístico y de medio ambiente. Gran trabajador y empresario fue emprendedor pionero en su época y todo un referente en España. Nacido en Vinalesa, recibió numerosos premios y reconocimientos a su trayectoria entre los que destaca la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo (2003). Quienes han conocido a Francisco Ros Casares, tanto dirigentes empresariales como sindicales, han destacado el «talante conciliador» del fundador de la sociedad y personaje clave en alianzas con Aceralia y el grupo vasco Aristráin, en la década de los ochenta, y con la multinacional germana ThyssenKrupp, en los noventa.

Corporación Ros Casares, cuyo fundador pasó a un segundo plano aunque era administrador de varias sociedades desde principios de los noventa, se constituyó en 2007 como resultado de la union de distintas sociedades de diferentes sectores propiedad de la familia. Su hijo Francisco Juan Ros García es el actual consejero delegado. «El espíritu de cambio permanente era innato en el fundador y eso ha permanecido siempre en la compañía», aseguraba el actual máximo ejecutivo. El fallecimiento del patriarca de esta saga familiar se produce cuando la mercantil atraviesa graves problemas de liquidez que podrían derivar en la entrada de la compañía en el llamado «banco malo» de las empresas, el fondo de rescate de empresas impulsado por grandes entidades financieras dentro del denominado «Proyecto Fénix». La crisis económica, como a otras grandes empresas, también ha pasado factura a Ros Casares. Cuenta con centros distribuidos en España y Europa, aunque ha tenido que reestructurar el grupo y cerrar algunas instalaciones y disminuir su plantilla. También renunció a negocios inmobiliarios como Ciudad Ros Casares (ahora en manos de SabadellCAM), así como al proyecto de fábrica siderúrgica en Parc Sagunt e inversiones en terminales portuarias. El entierro es hoy, a las 19 horas, en el cementerio Parque de la Paz de Chiva.

A él se debe la Ciudad Deportiva

A Francisco Ros Casares le gustaba poco prodigarse por Mestalla. En los últimos años, sus visitas eran ya muy esporádicas. Su legado, sin embargo, será permanente. Durante su presidencia del Valencia CF (8 de junio de 1973 hasta el 22 de septiembre de 1975), además de tratar de aplicar su visión empresarial al club, el Valencia adquirió por 70 millones de pesetas los terrenos de Paterna y construyó la Ciudad Deportiva. Un proyecto que chocó con las preocupaciones de algunos de sus directivos que, en ese periodo, andaban inquietos con la mala situación deportiva del equipo que entrenaba Alfredo Di Stéfano y posteriormente Milovan A. Ciric. Ros Casares, como presidente, tomó el relevo de Julio de Miguel y cedió el cargo a José Ramos Costa. En su momento dimitió «por razones profesionales y personales»; años después confesaría que «me hicieron la vida imposible y no me dejaron trabajar».

El Valencia CF, en un comunicado, trasladó «sus condolencias y su más sincero pésame» a la familia Ros Casares por el fallecimiento del expresidente.

En la última década, Ros Casares se convirtió en el primer seguidor del equipo femenino del Ros Casares que primero presidió su hijo Francisco y luego Germán. El club se fundó en 1996, al heredar los derechos deportivos del Popular Bàsquet Godella, y desapareció el 29 de mayo de 2012 tras la ganar la Liga y la Euroliga. El Ros Casares fue el club más laureado del baloncesto femenino español y uno de los grandes de Europa.