Dijo Rafa Martínez en la previa del partido de esta noche que había llegado el momento de dar un puñetazo en la mesa, de ganar, y de olvidarse de todo lo demás. Así de contundente, no hay más. El Valencia Basket debe dejar atrás todos sus problemas, complejos y salir a la pista a ganar sin tapujos. Atrás deben quedar la cuatro derrotas consecutivas o las cinco victorias en quince partidos de la actual temporada. No cabe otra. Ha costado mucho volver a la Euroliga y aunque el camino sea difícil hay que pelear y luchar por ella. Unicaja dejó una herida grande. Se perdió en casa. La Fonteta dejó por un día de ser ese fortín donde el equipo se agarraba para olvidar los zarpazos sufridos a domicilio. Hoy toca recuperar esa magia e idilio. La afición lo merece.