El cambio de fútbol 8 al fútbol 11, o lo que conocemos simplemente como fútbol, es, en algunos casos, complicado, cuando no dramático. Jugadores que eran claves es sus equipos benjamines y alevines dejan de tener un peso importante con el cambio a infantiles. Este cambio comporta necesariamente modificaciones en las posiciones, en los cambios o en la duración de los partidos, entre otros aspectos. Es este uno de los momentos que demuestran lo que tanto técnicos como psicólogos deportivos insisten a los padres, no siempre con éxito: que las posibilidades que tiene un joven futbolista, por mucho que apunte en su infancia, de ser una figura del fútbol pasa por muchos filtros y cribas. Esta es una de las más importantes.

Por ello, el torneo Villa de Alfafar, organizado por la UD Balompié Alfafar, tiene como uno de sus objetivos el de ser una adaptación al fútbol once. Con la finalizacion de las competiciones oficiales no se finiquita la actividad. Queda más de un mes hasta el 30 de junio y es el tiempo de los torneos amistosos. Incluyendo, claro está, estos torneos «del cambio». Los equipos alevines de segundo año de la UDB Alfafar, del CD Colegio Oller y del Almussafes CF disputaron el pasado sábado un triangular sobre el campo grande. El terreno de juego aumenta de 55x35 metros a 105x68, prácticamente el doble, lo que implica que la resistencia de los futbolistas ha de ser mayor. La duración del partido aumenta también con el paso de las categorías. Los cambios, que son ilimitados en el fútbol 8, pasan a ser solamente 3 con la llegada de fútbol 11, un hecho que provoca que muchos futbolistas se queden sin jugar cuando su entrenador agota los cambios. Otros aspectos de menor importancia pueden ser la desaparición de la línea de fuera de juego, que habilita el fuera de juego en todo el campo contario; o la dimensión de las porterías, que aumentan en proporción a cómo lo hace el terreno de juego.

El Almussafes CF fue el equipo que mejor se adaptó a este nuevo tipo de fútbol si nos ceñimos a los resultados obtenidos en el campeonato Villa de Alfafar 2015, donde se hizo con el título. El Colegio Oller consiguió la segunda posición mientras que el equipo anfitrión fue el tercero. Un torneo en el que también participan otras categorías y equipos y se prolongará durante todo el mes de junio.

También llega con este final de temporada un momento no menos difícil, especialmente en las escuelas de los grandes equipos. Es el momento en que las academias de fútbol 8 pasan de tener muchas líneas de alevines a mantener menos infantiles. Eso significa que de las varias docenas de jugadores, tan sólo unos pocos se quedarán en la disciplina del club y tendrán que ir a parar a otros equipos. Se dice que la vida es un proceso de cambios constantes y éste sin duda es de los más relevantes en la vida de un fúturo futbolista.