Al final ganó el mejor. Es verdad que Bilbao Basket ha hecho una eliminatoria más que meritoria, pero el conjunto taronja ha sabido gestionar mejor los instantes más complejos para con su talento sobreponerse al conjunto de Sito Alonso. Fue un triunfo del colectivo pero bien es cierto que al final los líderes sacaron adelante el partido. El choque dejó cosas a mejorar como la mala salida tras el descanso y el rebote ofensivo, detalles que Bilbao aprovechó para meterse en el partido, no hay que olvidar era una pisa complicada.

El gris partido de Ribas y Van Rossom el pasado sábado en la Fonteta mostró ayer el polo opuesto. El catalán ejerció de líder. Manejó los últimos minutos a su antojo y castigó a Bilbao. Van Rossom, que salió llorando en el choque de la Fonteta, ayer se desquitó siendo ese base incisivo, físico y superior a su rival. Dubljevic y Loncar ayudaron también en momentos puntuales, consolidando el triunfo del equipo. Con todos los altibajos y la irregularidad de la temporada, el Valencia Basket volvió a mostrar ese gen competitivo de antaño y que afortunadamente no se ha perdido.

Carles Duran respiró aliviado. No es para menos. Había cierto sentimiento de culpa tras la derrota de la Fonteta pero ayer se subsanó.

Ahora llega el Madrid, factor cancha en contra. Sin complejos.