Podría decirse que Valencia vive «a espaldas del mar». La gran mayoría de población tiene poco conocimiento sobre el deporte náutico, y este suele ser, en gran medida, erróneo. Además, muchos de ellos desconocen las facilidades que existen actualmente para practicarlo, y por ello, suelen ver la vela como un deporte elitista. Por su apariencia, tiende a considerarse un deporte «de pijos». Realmente, en cuanto a la economía, el único que tiene que hacer frente a los costes de mantenimiento y estancia de la embarcación es el propietario de éste, los tripulantes no tienen ningún tipo de gasto, por lo tanto, no se puede valorar como caro.

Aunque no lo aparente, el deporte náutico requiere mucho conocimiento y sacrificio. Se podría decir que su técnica es totalmente matemática y su puesta en marcha muy costosa físicamente. «Son muy comunes las fotografías o vídeos de regatas donde los tripulantes están sentados a un lado del barco sin hacer nada, sin embargo, tienen que estar continuamente al tanto para realizar su cometido cuando sea necesario», asegura Luís Carbonell, jefe de prensa del Doctor Senís, embarcación que ayer se colocó líder en ORC1 en la primera jornada de l Trofeo SM La Reina.

La puesta en marcha de este tipo de competiciones requiere una preparación muy explícita con el objetivo de hacer una buena regata. En los días de pruebas, todos los participantes acuden a la reunión de patrones, donde se explican temas como el recorrido, las normas, los códigos de salida o el estado meteorológico, entre otros pormenores. Este último es fundamental para el desarrollo de la competición. Posteriormente, cada equipo lleva a cabo una reunión de funciones para ultimar detalles y preparse para la prueba.

En el deporte náutico la palabra equipo alcanza su máximo valor. Cada tripulante está especializado en una tarea en concreto y la compenetración entre compañeros es fundamental. La suma de todos los cometidos individuales determinan el éxito del barco en la regata.

Una de las características más particulares es que embarcaciones con diferentes recursos pueden participar en una misma regata en idénticas condiciones, ya que se compensan los tiempos de llegada según las características de los barcos participantes. Por lo tanto, no es ganador el primero que llega a meta. Para poder conocer las posiciones durante la carrera, se deben realizar una serie de cálculos basándose en la distancia en la que se encuentra una embarcación con respecto a otra, teniendo en cuenta las particularidades de cada una.

Además, la constancia debe mantenerse en todas y cada una de las pruebas del torneo. La duración de los trofeos es de varios días y suelen disputarse dos regatas por jornada. Cada resultado otorga una serie de puntos, con la particularidad de que se convertirá en ganador el que menos puntos haya conseguido durante las regatas.