Un mal partido, quizás el más flojo de todo el año y en el peor partido posible condenó al Valencia Basket en esta Eurocup a estar al borde del precipicio y sin la ventaja de depender de sí mismo. El equipo de Pedro Martínez pecó de un excesivo tiro exterior que ayer apenas llegó al final del partido al 30%. En defensa el conjunto taronja estuvo flojo y sobrepasado por jugadores Hatcher y Schhortsanitis

La situación ahora mismo se atisba y ya no valen excusas pero lo cierto es que los de Pedro Martínez se han metido en un lío y de los buenos y en una campaña histórico, con tantos récords conseguidos, Europa puede marcar un punto negro con una eliminación temprana en una competición que conduce de la manera más directa a la Euroliga. El conjunto valenciano se encontró con un pabellón desangelado y frío que más recordaba a un encuentro celebrado a puerta cerrada. El equipo de Pedro Martínez no se pareció en nada al equipo que hace tres días deslumbró y apabullo al Bilbao Basket. Quizás atenazado por la presión de tenerse que jugar algo tan importante tan pronto, pesó, pero lo cierto es que los taronja no salieron la intensidad vista tantas veces en otros encuentros, ni ese acierto que era letal para cualquier equipo que se pusiera por delante.

Nulo tiro exterior

Un excesivo tiro exterior, en un día donde la diana no estaba configurada, y la falta de ideas en muchas fases del encuentro pesaron como una losa.

Los taronja arrancaron acierto, sobre todo exterior para coger las primeras rentas en el partido tras dos triples iniciales de Hamilton y Rafa Martínez (2-8). Sin embargo el conjunto de Pedro Martínez fue perdiendo poco a poco gas aunque el desacierto de los locales impedía que el marcador se resintiera de manera negativa. Una acción de nuevo desde más allá de la línea del 6,75 por medio de Shurna dejó a los valencianos su máxima ventaja en todo el choque (10-17). A partir de aquí el partido cambió para mal para el Valencia Basket. Pérdidas de balón, mala selección de tiro y una defensa con poca intensidad hizo que el PAOK Salónica despertara pese al gélido ambiente de la grada y con un inspirado Tsochlas igualó el marcador al finalizar el primer cuarto (19-19).

La segunda parte no mejoró

El segundo cuarto empeoró las sensaciones. Los griegos comenzaron este período con un parcial de 7-0. Los taronja no anotaron su primera canasta hasta pasados tres minutos por medio de Diot (26-22).

Ya a remolque, el conjunto taronja seguía obcecado con el lanzamiento exterior que se quedó en un pobre porcentaje del 36% al descanso. Con un ataque espeso y una defensa que no recordó a la otros encuentros, los griegos, sin hacer nada del otro mundo mantenían una cómoda renta que se llegó a disparar a los ocho puntos tras un triple de Tsochlas (37-29). Desdibujados jugadores como San Emeterio, Lucic o Dublejvic, sólo el pundonor de Rafa Martínez o Sikma y el acierto puntual de Hamilton permitió a los valencianos llegar con un marcador factible de remontar al descanso, pero con sensaciones muy contradictorias y dudosas (39-33).

En la segunda parte las sensaciones no mejoraron. Los taronja se obcecaron en el lanzamiento exterior mientras que los griegos con lo justo mantuvieron a raya a los taronja que llevaron a empatar el partido, sufrían parciales como un 8-0 que lo devolvía a la realidad.

En el último cuarto por deméritos de unos y otros el juego decayó de manera alarmante y la calidad puntual de los valencianos llevó la emoción hasta el final igualando la contienda de nuevo (66-66). Hatcher cogió la manija de los suyos y esto unido al desacierto del Valencia Basket llevó el final al ritmo de tiros libres donde el PAOK mantuvo su iniciativa con un equipo valenciano que de nuevo encomendado a los triples se labró su propia derrota.

Decepción y preocupación. Europa se pone muy cuesta arriba.

A ver como acaba. Queda una jornada donde todo es posible pero lo cierto es que el panorama no es nada alentador.