Con una escasa semana de antelación, Castellón y Valencia acordaron la suspensión del partido amistoso que debían jugar el próximo sábado. Los trabajos de resiembra del césped del estadio Castalia, que ayer acogió la meta de una carrera popular, son la razón oficial de una cancelación que abunda en la falta de seriedad de los rectores del club castellonense. No es la primera vez que ocurre algo similar. El pasado mes de agosto, sin ir más lejos, se suspendió a última hora un amistoso entre Espanyol y Levante por el mal estado del terreno de juego.

Lo cierto es que el amistoso con el Valencia suponía un trastorno en la planificación de la pretemporada local. De hecho, los jugadores del Castellón, que terminaron la competición el 26 de junio, podrán descansar. Regresarán el día 18 de julio a los entrenamientos, una vez libres del compromiso en el fin de semana.

Cuando el partido se anunció, la realidad y las expectativas eran otras. La organización del envite la impulsó Jordi Bruixola, fugaz director general del Castellón, que también aprovechó su amistad con Jesús García Pitarch, director deportivo del Valencia, para plantar las bases de un convenio de colaboración entre ambos clubes. Al acabar el curso sin ascenso, sin embargo, Bruixola abandonó Castelló. Dos semanas después, el amistoso se ha cancelado y el convenio aguarda en la nevera.

Precedente

El año pasado también se canceló un amistoso in extremis. Espanyol y Levante iban a jugar en Castalia, pero dos días antes el partido se suspendió. Uno de los encargados del verde del Ciutat de València se desplazó hasta Castalia y comprobó el mal estado del césped, que mejoró notablemente al avanzar la temporada.