El Tour no pasará este verano por la Comunitat Valenciana. Ni de lejos. La ronda francesa arranca esta tarde en Dusseldorf (Alemania) sin valencianos en el pelotón. Las ausencias de Rafa Valls y Rubén Plaza, los dos ciclistas con más opciones de competir en las carreteras galas, revelan una realidad paradójica. La Comunitat Valenciana, uno de los territorios con mayor tradición y afición al deporte de los tubulares, se ha quedado sin representantes en la mejor vuelta ciclista del mundo.

Rubén Plaza, que verá el Tour por televisión para correr luego la Vuelta a España, tiene claro el origen del problema. «Ya no hay equipos españoles. Cuando yo pasé a profesionales, había cinco o seis equipos y siempre iban tres o cuatro al Tour. Estaba el Kelme, que siempre tenía cinco o seis valencianos», señala el de Ibi. «En mi caso, pasé de un equipo junior de Xàtiva al filial del Banesto en 1999 y, dos años después, ya era profesional. Ahora hay jóvenes corredores valencianos con buen nivel, pero no hay equipos. Si los chavales de ahora tuvieran los equipos de hace 20 años, habría muchos más profesionales», asevera el ganador de una etapa en el Tour de 2015.

Existen 20 equipos World Tour (la categoría más alta), con elevados presupuestos. Son estos los que tienen reservada la participación en las grandes competiciones. Por contra, en las grandes vueltas apenas hay espacio para los equipos Continentales (una categoría inferior), con presupuestos más accesibles. «La globalización del deporte reduce el foco. Ahora es un coto cerrado. Hay menos equipos, la temporada es más larga y se corre en Europa, Argentina, Australia, China... Todo eso exige una gran inversión de los equipos. Por eso, el carácter doméstico del ciclismo ha desaparecido», concluye Plaza.

En la misma línea se muestra Ángel Casero, campeón de la Vuelta a España de 2001 y uno de los últimos campeones valencianos. «Hemos pasado unos años de sequía en los que no se ha encontrado patrocinadores para equipos amateurs y profesionales. Eso ha propiciado que ahora tengamos estos años de crisis. Tendremos diez años de sequía», subraya el actual director general de la Volta a la Comunitat Valenciana, resucitada hace dos años sin que ningún ciclista valenciano haya podido despuntar. «Pruebas como la Volta llaman la atención a los ciclistas valencianos jóvenes y les impulsa para querer ser ciclistas. Estamos en esa época de aprendizaje y los frutos los recogeremos dentro de unos años», expone Casero, quien incide en que la solución pasa por tener más equipos. «No hay ningún equipo profesional vinculado a la Comunitat Valenciana, como antes el Kelme. De hecho solo hay dos amateurs», remacha el de Albalat dels Tarongers.

Por otra parte, el presidente de la Federación de Ciclismo de la Comunitat Valenciana, Amadeo Olmos, considera que hay una cantera de talentos que puede saciar en breve la sed de profesionales valencianos en el pelotón. No obstante, el embudo está en la escasez de equipo. «Los corredores van a rachas. Antes había seis o siete y ahora hay poquitos. Además, en España hay pocos equipos que puedan dar oportunidades. Lo que haría falta es un equipo de categoría continental (de menor categoría que los World Tour) en la Comunitat Valenciana, pero eso cuesta medio millón de euros al año», analiza el dirigente de la federación valenciana, la segunda de España com más licencias (9.000) después de la vasca. Olmos también detecta una falta de seguimiento mediático respecto al ciclismo que perjudica la llamada de los patrocinadores. «Si la televisión dedicara más atención... El otro día se corrió el campeonato de España y no dieron ni las clasificaciones», lamenta.

«Se nos ha ido de las manos»

Más directo se muestra Paco Antequera, exseleccionador nacional. «¿Cuándo se acaben Valverde y Contandor quién vendrá después? Nadie. Hay otros intereses y se ha echado a perder todo. Se nos ha ido de las manos», dice el de Castellar. «Hay menos equipos, hay menos nivel... Y si además no se invierte desde la federación... Porque hay dinero, pero sólo para lo que quieren. Ahora de cada diez chavales que hay en la base sólo llega uno a ser aficionado», zanja Antequera.