Nunca un manteo de los jugadores al técnico expresó tanto agradecimiento. El de unos chavales que se sintieron por fin futbolistas tras verse durante las jornadas anteriores tratados como material de desecho.

En estos poco más de dos meses al frente del equipo, Paco López ha logrado una transformación inaudita en la historia del fútbot. Nunca antes hubo tanta diferencia entre el equipo del técnico anterior (Muñiz) y el del actual entrenador. No solo por los resultados: ocho victorias, un empate y una derrota en 10 partidos de Paco López, 25 puntos de un total de 30, sino por el juego.

Gracias a Paco López por tanto. Por haber lanzado al equipo al ataque, por haber elegido a los más valientes, por haber acabado con todos los complejos del levantinismo, por haber recuperado a Bardhi (una joya condenada tres meses al banquillo para dar prioridad al músculo de Doukuré), por haber enseñado a rematar a Boateng (un tigre sin rumbo con el anterior entrenador), por haber liberado a Campaña (jugadorazo bloqueado hasta el punto de darle un «like» a un «tuit» festejando la victoria del Betis sobre su propio equipo), por haber permitido que los centrales atravesaran el centro del campo con el balón en los pies, rompiendo líneas, sin que les quemara, por haber convertido a Morales en una de las estrellas de la Liga (esa velocidad punta en la conducción del cuero tuvo por fin un destino claro)...

¿Cuánto vale ahora Bardhi?

Los cenizos ya se han apresurado a advertir que nada será igual el próximo curso. Que Paco López se dará de bruces con la realidad, una vez superado el efecto euforizante de su metamorfosis.

Sin embargo, hay razones para mantener la ilusión del levantinismo sin caer en la trampa de unas expectativas demasiado altas. Los pilares del Levante van a continuar tras las ampliaciones de contrato esta semana de Morales y Lerma. El portero Oier es una garantía de estabilidad por su serenidad.

El club debería hacer un esfuerzo por retener a al lateral derecho Coke, el alma del grupo desde su fichaje en diciembre procedente del Schalke 04. Los centrales, Postigo y Rober Pier, se apañaron con los consejos del preparador valenciano, aunque debería llegar un central de jerarquía. Y en la izquierda Luna también creció exponencialmente. El centro del campo promete emociones con Lerma, Campaña y Bardhi. Cabe apuntillarlo con algún refuerzo que supla la marcha de Lukic, reclamado seguramente por el Torino. Y el ataque ha cambiado por completo con la explosión de Boateng (21 años), el despegue de Morales y la recuperación de Roger, un delantero de Primera.