El Atlético de Madrid recorre las calles de la capital en un autobús descapotable y la gente corea el nombre del equipo. No hablo de Simeone y sus chicos, hablo del equipo femenino que la pasada semana se proclamaba campeón de liga y celebró por todo lo alto el triunfo. Hablo de una excepcionalidad que nos sigue llamando la atención y que en otros países es lo normal. El futbol femenino ha crecido tanto, lo sé por propia experiencia, que pensamos que ya está casi todo conseguido. Los pasos dados son tan importantes que tendemos a ver con un prisma demasiado generoso lo que ocurre cada semana en miles de campos. El fútbol femenino ha dado un salto, pero queda mucho por hacer. El cobijo de los clubes masculinos, eterno agradecimiento a quienes por fin se han dado cuenta de que sabemos jugar a fútbol, es fundamental en estos cambios, pero también las estructuras deben cambiar, mejorar, profesionalizarse. Las buenas voluntades son el germen necesario para crecer. El alimento para consolidarse es el trabajo profesional.

Leía el otro día que en Nueva Zelanda va a imponer la igualdad salarial entre hombres y mujeres en la selección nacional. Algo así es impensable en España y tampoco absolutamente necesario, pero qué tal si pensamos en ayudar a las niñas que deciden jugar a fútbol, qué tal si potenciamos que los equipos no tengan que entrenarse por las tardes porque por las mañana algunas o casi todas sus jugadoras estudian o trabajan. Qué tal si el dinero que genera el futbol se reparte un poco mejor.

Ha llegado a la Federación Española un nuevo presidente. Un hombre de fútbol que dice que quiere cambiar las cosas. Que habla de profesionalización en el fútbol. Seguro que tiene mucho trabajo y muchas ideas. Seguro que los primeros días serán una locura, seguro que lo primero es aterrizar en el puesto, organizar su equipo. Seguro que la lista de peticiones es inmensa. Yo sólo le pido que nos escuche, que le dedique un poco de tiempo a ver cómo estamos. Que no se quede con la imagen sólo de las chicas del Atlético celebrando su título. Que sepa que si queremos seguir creciendo hay que apostar de verdad por nuestro fútbol.