El Valencia Basket no pudo cerrar ayer con victoria la pretemporada, tras caer en el partido de presentación ante un Joventut muy acertado. El conjunto catalán se llevó el Trofeo Ciudad de València gracias la gran capacidad anotadora que mostró en muchas fases del choque. El susto lo protagonizó Van Rossom, que con un golpe en la primera parte no acabó el choque por precaución

El Valencia Basket se topó desde el inicio con un Joventut muy entonado en ataque y que rompió el entramado defensivo de los de Ponsarnau. Alejado de la buena imagen que había dado en los cinco encuentros anteriores, el equipo valenciano no pudo contener al bloque de Carles Duran que desde el primer cuarto marcó el ritmo del choque con autoridad (20-28).

Con Mathias como principal estilete, los catalanes ampliaron su ventaja en el segundo cuarto ante un Valencia Basket que no pudo igualar el alto acierto de los verdinegros. Los diez puntos anotados en el período fueron un fiel reflejo de que los «taronja»no estaban cómodos.

Tras el paso por los vestuarios, el guión del partido no varió. El Joventut siguió ofreciendo un nivel de acierto prácticamente incontestable y aunque los de Jaume Ponsarnau trataron no desengancharse del marcador, la precipitación y los errores no forzados hicieron acto de presencia para seguir en desventaja al acabar el tercer cuarto (47-57).

Bajo la batuta de Vives y la contundencia de Will Thomas, el cuadro valenciano se puso por delante en el electrónico (74-73). En un final de infarto, López-Arostegui anotó la canasta definitiva casi en la bocina.