Jorge Ureña ya descansa en Onil tras su espectacular oro europeo bajo techo en el heptatlón de Glasgow. Fue elegido mejor atleta de España hace dos años y el pasado domingo dio el salto necesario para mejorar la plata que logró en Belgrado en el Europeo en pista cubierta de 2017.
¿Qué se siente al entrar en la historia del deporte español como el primer atleta que logra un oro en heptatlón?
Estoy muy contento y este oro me da mucha motivación para afrontar todo lo que tenemos por delante.
¿Cómo describe su participación en estos Europeos de Glasgow? Fue de menos a más...
Sí; es cierto que no empecé muy bien, pero luego fui aumentado la confianza en mí mismo, fui a más y, al final, con ese plus de motivación al verme ahí delante me dio un subidón para ir a ganar.
El final de la combinada fue apoteósico con su aplastante victoria en los 1.000 metros...
Sí, tenía en mente también bajar de 2:41 para hacer récord de España, pero ya vi que el paso por los 500 metros era más lento y se me escapaba un poco. De todas formas, antes de la carrera mi padre [y entrenador] me dijo que saliera a disfrutar, que no pensara en la marca, sino que ganara la prueba y es lo que hice: vencer en la carrera y en el campeonato.
Le hizo caso a su padre y entrenador y en la última prueba se le vio disfrutar, pese a la fuerte presión del momento...
Es verdad que antes de los 1.000 metros tenía mucha presión, aunque se trata de una prueba que, en teoría, es fácil porque sólo tienes que correr, no debes talonar ni asegurar nada, pero al tratarse de la última prueba no sabes cómo te van a responder las piernas tras las seis anteriores. Sí que estaba muy nervioso, pero empecé a correr, me noté bien y decidí asegurar.
En cuanto a la mejora de su propio récord de España, lo deja para la próxima ocasión...
El récord nacional es algo que ya tengo y sí que puede ser un próximo objetivo para las siguientes competiciones que afronte.
¿Cuáles son sus próximos desafíos en el calendario? Ahora pasará a competir al aire libre...
Quiero empezar con un decatlón a finales de mayo y luego preparar la Copa de Europa de combinadas a principios de julio. También intentaré conseguir la mínima para el Mundial de Doha y, si todo sale bien, disputarlo a finales de septiembre y principios de octubre a ver qué tal sale...
Da la impresión de encontrarse a los 25 años en su mejor momento de forma...
Sí, dicen que en las combinadas se va cogiendo la madurez con los años. No es como la velocidad u otras pruebas, que necesitan más la explosión y la juventud. En las combinadas se considera que se empieza a ser decatleta sobre los 26 o 27 años. Ya me voy aproximando a esa edad, a ver si doy el salto que toca y consigo mejores marcas.
Mejor atleta español de 2017, campeón de Europa... ¿Dónde está su techo?
Eso nunca se sabe. Lo marcan también las lesiones. No me marco objetivos, sino avanzar día a día, aunque, obviamente, siempre te planteas ir a unos Juegos Olímpicos y completar una buena participación.
Una expedición de Onil y una delegación del Ayuntamiento le recibieron ayer en El Altet. Sus lazos con su pueblo son cada vez más fuertes...
Sí; me siento mucho de mi pueblo y me gusta el ambiente que se respira en Onil. Estoy muy orgulloso de mi pueblo.
Se entrena desde hace años en Onil y no tiene intención de cambiar ...
Exactamente. Estoy muy a gusto en Onil y entreno muy bien en las instalaciones, aunque siempre se puede pedir algún caprichito más, pero bueno... De momento va todo bien y tengo allí a mi familia, mis amigos y mi gente, que también me despejan la mente del atletismo cuando lo necesito.
¿Cómo vivió la fatalidad de su paisano Eusebio Cáceres, que por tercera vez en una gran cita volvió a quedarse a muy pocos centímetros del podio en salto de longitud?
La verdad es que pensaba que había acabado tercero porque yo estaba compitiendo en salto con pértiga y cuando terminé me enteré de que había sido cuarto clasificado y que le habían pasado al final. Me llevé un bajón, pero bueno... Él está muy contento porque vuelve a ser Eusebio, vuelve a poder saltar, no tiene lesiones y estoy convencido de que podemos esperar grandes cosas de Cáceres a partir de ahora.
