Hace apenas unos días que comenzó a trabajar con el grupo tras su operación, pero Sam Van Rossom ya está listo para volver competir. De hecho podría regresar mañana mismo en Lituania en el choque de la Euroliga que enfrentará al Valencia Basket ante el Zalgiris. «Van Rossom está muy bien. La sorpresa es que lo hemos visto muy rápido, con una pequeña duda sobre el ritmo real competitivo, que esto lo veremos cuando lo pongamos en la pista. Pero está muy bien de sensaciones, y muy bien de cabeza. En este sentido, el equilibrio de Sam a nivel táctico es muy bueno», aseguró ayer Jaume Ponsarnau.

Aunque sólo hace un mes que fue intervenido en Amberes de la rodilla izquierda, su rendimiento en estas primeras sesiones unido a la duda para el encuentro de Guillem Vives por una sobrecarga en el muslo derecho, le convierten en claro candidato a estar entre los doce elegidos para este encuentro. «El único problema que hemos tenido esta semana ha sido con Guillem Vives, que se ha perdido algunos entrenamientos y vamos a ver como está», confirmó Ponsarnau, para el que Van Rossom ahora mismo «es uno de los 14 jugadores disponibles para el partido, y más teniendo en cuenta la situación de Vives. La verdad es que lo hemos visto muy bien, entrenando muy bien aunque somos conscientes de que falta ese paso al ritmo competitivo que todos sabemos lo que cuesta. Y más en una competición como es la Euroliga».

Pese a ello la idea del técnico es que «si no hay sorpresas viajen todos a Lituania -allí realizará los dos descartes-, no sólo ya por la duda de Vives sino porque empezamos un ciclo superexigente. Podría ser el más exigente de la temporada, aunque esperamos que no porque queremos que la cosa siga. Pero este es un ciclo superexigente y es bueno que tengamos las sensaciones y las energías de los 14 jugadores».

No es para menos pues, como reconoció el propio entrenador taronja, su equipo está teniendo problemas para jugar en determinados escenarios dentro de esta competición. Es por ello que considera que deben aprender a afrontar mejor esos partidos, así como a poner más calidad en su juego «cuando el otro equipo va al cien por cien y tu estás todavía sin arrancar. Tenemos que aprender a empezar bien, al cien por cien de concentración e intensidad como hace el rival, adaptarnos y encontrar calidad». «En lo que siempre incidimos, que para ganar fuera de casa tenemos que sacar más calidad y abstraerte de estar en un ambiente diferente, del viaje y de tener enfrente un equipo que está muy bien», insistió el entrenador.

Respecto al encuentro de mañana en la pista del Zalgiris Kaunas, Ponsarnau advirtió que allí «el ambiente es fantástico para jugar, sobre todo como local. Pero sabemos esto como va, lo entendemos y en todo caso debemos tratar de disfrutar de un ambiente de baloncesto tan bonito como es el de allí aunque sea adverso. Eso requiere máxima concentración y estar muy centrado en nuestras cosas». Una de ellas, la más importante, «tiene que ser desde la defensa. No podemos hacer una defensa muy táctica o colapsando porque el nuestro no es un equipo muy grande, pero sí tener intensidad sobre el balón, un poquito más de agresividad en las jugadas del pick and roll y no dudar de nuestro concepto porque de repente ellos las meten. Tenemos que ser sólidos con nuestras ideas y llevarlas hasta donde se pueda llevar».

Por último, en referencia al rival apuntó que su principal valor es el de una defensa muy incómoda, con mucho scouting que impide la generación de juego. «En ataque son el equipo que más sistemas tienen de la Euroliga y en cada partido hay más. Es muy difícil prepararte para jugar contra ellos. Así que es muy importante aprender durante el partido, tener una idea de intensidad y de comunicación para defenderles y en ataque ver cómo te defiendes y jugar valiente y dinámico. Que lo que quieran hacer no lo puedan ejecutar porque tú seas muy dinámico», concluyó un Ponsarnau que mañana espera estrenarse a domicilio en la Euroliga.