El Valencia Basket volvió de vacío de Las Palmas y cosechó su tercera derrota seguida en los últimos siete días tras caer ante el Villeurbanne, Milán y Gran Canaria en un choque que dejó la vuelta de Van Rossom al equipo tras superar su lesión muscular. El guión del choque siguió además las mismas líneas con una comparecencia a la pista que dista mucho de la deseada. Si en el primer cuarto, la falta de acierto exterior de los locales mantenía a un errático Valencia Basket en el partido, con el paso de los minutos la inspiración de los insulares ya marcó la primera diferencias reseñables (31-15). Un arreón antes del descanso con Labeyrie y un triple sobre la bocina de Marinkovic dejó abierta la puerta de la esperanza de cara a la segunda mitad (35-29).

En la reanudación, el Gran Canaria volvió a tirar de su inspiración exterior para encender todas las alarmas en los «taronja» con un Shurna muy motivado como principal verdugo (55-39). Con Van Rossom en la dirección, Marinkovic y Tobey pudieron estrechar algo el cerco para lograr una nueva oportunidad de apretar el marcador (59-49).

Un triple de Tobey produjo el mayor acercamiento y parecía vaticinar un final ajustado (61-55). Desgraciadamente no fue así ya que los de Katsikaris no dieron ninguna opciónpara abrir de nuevo una brecha que fue definitiva (73-60). Apelando más al orgullo que al rigor, Doornekamp y Marinkovic, los mejores en Las Palmas, apenas pudieron enjugar esa desventaja que confirmó el mal momento de los «taronja» y que tras dejarle en un escenario muy complejo en la Euroliga ahora se traslada a la Liga Endesa en la que la lucha por jugar el «playoff» está en juego y con una igualdad que cada vez permite menos errores. Días por delante para apretar los dientes y corregir errores de manera urgente.