El FC Barcelona superó (3-1) al Nápoles ayer en la vuelta de octavos de final de la Liga de Campeones celebrada en el Camp Nou, regreso de los de Quique Setién tras perder el trono en la Liga española en una línea parecida de escaso fútbol, dominado por el rival pero con pegada suficiente para ir a Lisboa. No sufrió el cuadro culé ya que a los 20 minutos ya tenía un 2-0 muy gratificante. A la media hora incluso era 3-0, pero el colegiado anuló lo que era el doblete de Leo Messi por una mano del argentino. Antes del descanso el tanto de penalti de Luis Suárez sí subió al marcador, pero le dio tiempo a recortar al equipo italiano (3-1) por medio de Mertens.

Así de movida fue la primer parte, con VAR y goles, pero sin un Barça dominador, ofensivo o dueño de la posesión como le gusta a Setién. La segunda mitad fue para olvidar en un Barça donde solo Messi funciona y que sigue lejos del nivel de un equipo campeón. El estilo que persigue el técnico cántabro no aparece, ya que el Barça cedió el protagonismo al Nápoles y sólo la falta de artillería en los italianos evitó la sorpresa. Con este triunfo, el Barça avanza a la 'Final a 8' en Portugal con un reto que apunta a complicado ante el Bayern, el 14 de agosto en el Estádio do Sport Lisboa. Justamente el conjunto teutón fue el otro triunfador de la noche después de arrasar con un contundente 4-1 al Chelsea en casa.