Lewis Hamilton obutuvo una brillante victoria en el GP de Bahrein, la decimoprimera de la temporada y la 95º de su carrera deportiva, con lo que mantiene de forma intratable su dominio en un campeonato que ya se había asegurado en Turquía. La carrera estuvo marcada por el accidente de Romain Grosjean en la primera vuelta, en la que su Haas se incendió después de chocar frontalmente contra el guardarraíl de la curva 3. El piloto salió aturdido y con quemaduras, pero gracias al halo no se tuvo que lamentar una tragedia. Hacía mucho tiempo que no se veía un accidente de estas características y dimensiones en un gran premio.

Hamilton mantuvo la primera posición en la salida, en la que Bottas pasó de segundo a sexto, pero en la curva 3 se rozó el drama. En la cola del pelotón Romain Grosjean, tras tocarse con el Alpha Tauri de Daniil Kvyat, chocó contra las protecciones y el Haas estalló instantáneamente en llamas después de partirse en dos. Los comisarios pudieron sofocar rápidamente el fuego y el piloto, muy aturdido y con muestras visibles de dolor en la pierna, fue desplazado al centro médico y, posteriormente, evacuado a un hospital de Manama para hacerle más pruebas.