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VA DE BO

De la indignación a la euforia

Homenaje a Genovés en la calle Pelayo.

De la indignación a la euforia. Así podría resumirse el radical cambio de estado anímico de la afición al Joc de Pilota tras leer la noticia ofrecida por nuestro periódico sobre la creación en la calle Pelayo del Paseo de la Fama de la Pilota. No habrá arco chino que abra las puertas a la calle donde nacieron Rovellet y Fredi; donde vivió el Lloco. Pelayo seguirá siendo la calle del Joc de Pilota. Y desde la Fundación y el Ayuntamiento se anuncian acciones que ayuden a la integración de la colonia china en la cultura propia. La reacción de la afición a este deporte no ha podido ser mejor como puede pulsarse a través de cruces de comentarios, de mensajes en redes. La presta actuación de la Fundació, con su presidente Josep Maria Cataluña, encargada del mundo profesional de este deporte, ha sido determinante para poner las cosas en su sitio. Y de parecer postergados por el empuje del legítimo comercio chino hemos pasado al florecer de una idea que puede calificarse como extraordinaria.

Si la pretensión del Chinatown es la de atraer el turismo hacia la ciudad, la idea de convertir la calle paseada por los grandes artistas y genios de este deporte, puede atraer a todos los amantes de las tradiciones culturales y deportivas de España y del resto del mundo. Ayer, corría por las regiones pelotísticas de toda España y todo el planeta la página de nuestro diario y sólo había respuestas de entusiasmo a la iniciativa impulsada desde el Ayuntamiento con la concejala socialista Sandra Gómez como cabeza visible de esta solución, la que ha sido capaz de coordinar entre las partes implicadas para dar luz a este gran proyecto.

Sí, ahora al pisar la calle que abría en 1868 a la banda de música con el alcalde de la época para inaugurar el que entonces se consideró el mejor trinquete de la época, sentiremos vibrar los sentimientos ante los bustos de las figuras indiscutibles que pisaron las losas de Pelayo. Una inauguración en beneficio de «los pobres párvulos de la Asociación de Nuestra Señora de los Desamparados, colocándose bandejas en las puertas del trinquete donde los concurrentes depositarán la cantidad de quieran» que así se anunciaba en la prensa de la época. En aquella partida el alcalde entregó los guantes a los protagonistas: Moya, Chufa, Cames, Ferreret y Tramusser.

Ese Trinquet de Pelayo, salvado gracias a la generosidad de un mecenas valenciano como José Luis López, seguirá siendo un referente deportivo y cultural valenciano. Y la calle donde se ubicó, mostrará una evidencia: el liderazgo de las tierras valencianas en la promoción creativa de iniciativas que dignifican este deporte. Será el primer Paseo de la Fama de los grandes genios del deporte heredado de la Latinidad.

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