De madrugada nació la ambiciosa Superliga, impulsada por Florentino Pérez, y de madrugada también se esfumó el desafiante proyecto que iba a cambiar las estructuras del fútbol. En apenas 48 horas se desmoronó una obra construida en silencio durante casi cuatro años, aunque el origen de esta idea data desde hace un par de décadas. Y la UEFA sale triunfadora. Solo dos equipos (Madrid y Barça) de los 12 fundadores no han claudicado aún.

¿Por qué abandonaron tan pronto los ingleses?

Porque City, United, Chelsea, Arsenal, Liverpool y Tottenham no han podido resistir la presión popular, simbolizada en los aficionados que se agolparon en la puerta de Stamford Bridge, y porque han visto que podían, además, quedar fuera de la Premier, que es más importante en Inglaterra que la propia Champions. Primero fue el City y después, como piezas de dominó, iban cayendo, uno a uno los cinco clubs restantes. «Cometimos un error y nos disculpamos por ello», admitió el Arsenal. John Henry, propietario norteamericano del Liverpool, pidió disculpas a sus fans. «Nos equivocamos, fracasamos al no respetar lo suficiente sus grandes tradiciones: ascenso, descenso, la pirámide», escribió Glazer, dueño americano del United.

¿Qué papel jugó la política?

Ha tenido un rol fundamental. Tanto en Inglaterra como en el resto de Europa. Desde el primer momento, Boris Johnson, que ha parecido más el presidente de la federación que el primer ministro británico, fue el motor. No solo él. También Keir Starmer, el líder laborista. Arropados, además, por Ed Davey, líder del Partido Liberal. Y hasta la monarquía británica intervino a través de un inusual y contundente mensaje a través de la cuenta oficial de Twitter del príncipe Guillermo. Emmanuel Macron, el presidente de la República francesa, fue el primero en posicionarse contra el proyecto, mientras en España la postura política fue menos contundente.

¿Por qué se quedó solo Florentino?

Suya fue la idea, suya fue su puesta en escena, de madrugada, sin plan alguno de comunicación, y suya es también la derrota. Furtivamente apareció; furtivamente desapareció. Desafió Florentino Pérez, presidente del Madrid y de la Superliga, las viejas jerarquías y fue derrotado. Su idea apenas ha durado 48 caóticas horas, abandonado por los clubs ingleses. Creía Florentino que su poder, intocable en el Bernabéu, sería el mismo en Europa. Negoció con los propietarios americanos del United, Liverpool y Arsenal, que veían el negocio de la NBA trasladado al fútbol, pero ignoraban la fuerza social de sus aficionados. Ese proyecto llevaba la firma de Florentino. Es la firma del fracaso.

¿Por qué Laporta calla?

Mantiene silencio el presidente del Barça, el último club en firmar la propuesta de Florentino. Y no ha dicho nada públicamente. Emitió un comunicado en las redes sociales, adhiriéndose a esa idea del presidente del Madrid. Aguarda Laporta el resultado de las cuatro auditorías que ha encargado para tener la fotografía real del club. Aunque ya sabía que estaba en una delicada posición, sin dinero, de ahí la firma con el proyecto de la Superliga, con el objetivo de tener más recursos para regenerar la plantilla y asumir la posible renovación de Messi en unos parámetros inferiores a los que percibe el 10.

¿Por qué Atlético, Inter, Juve y Milan han abandonado?

La desbandada inglesa precipitó de tal manera los acontecimientos que ha empujado al Atlético a abandonar (único club español en irse) la mesa de los 12 fundadores del torneo. Una mesa donde nadie quería sentarse. Ni tan siquiera la Juventus, uno de los que había diseñado el plan, tenía autoridad para continuar. Agnelli, el traidor, según Ceferin, queda en una posición tan débil como la del propio Florentino porque el proyecto que habían urdido entre ambos se ha evaporado en tan solo dos días.