España se topó, en su debut olímpico en Sapporo, con un muro que exigía brillantez y chispa para derribarlo, y le faltaron ambas ante una selección de Egipto (que, además, se empleó con dureza sobre los futbolistas españoles y que pudo ver dos cartulinas rojas por sendos pisotones sobre Mingueza y Ceballos, este último provocando que abandonara el campo por lesión fruto de la entrada.

Da igual lo favorita que seas, un torneo corto como este se te puede complicar desde el primer día. El resumen de la primera parte fue: 0-0, un tiro a puerta, otro al palo y dos lesionados; peor imposible. Óscar Mingueza, por lesiones musculares; Ceballos, por un esguince por un pisotón que mereció la roja pero se quedó en amarilla.

El entrenador español, Luis de la Fuente, agitó el árbol en la segunda parte. Un delantero puro como Rafa Mir y Bryan Gil pegado a banda izquierda para buscar alternativas, además de la frescura de Carlos Soler en el centro del campo, pero no era el día. Como se demostró cuando el colegiado jordano, Adham Makhadmeh, señaló penalti sobre Miranda que finalmente resultó ser una falta al borde del área.

Las ocasiones más claras fueron un remate de cabeza de Rafa Mir a las manos del portero y uno de Vallejo en situación comprometida.