Después de haber superado el brote de diciembre, cuando tres miembros del staff técnico y un jugador dieron positivo por Covid-19, a día de hoy, el primer equipo masculino vive una situación inversa a la del femenino. Los múltiples casos detectados en los rivales -Lenovo Tenerife y Gran Canaria- forzaron al aplazamiento de los partidos de la Liga Endesa ante ambos equipos los días 29 de diciembre y 3 de enero, respectivamente. Una circunstancia que ha ofrecido al equipo de Joan Peñarroya una cantidad de entrenamientos en grupo con un número significativo de efectivos que faltaron en la primera parte de la temporada por culpa de lesiones, ventanas FIBA o el mismo virus, que afectó al técnico catalán.

Desde la victoria con Monbús Obradoiro en La Fonteta del 23 de diciembre, día en el que regresó al banquillo Peñarroya, el conjunto taronja solo ha descansado los días señalados 24, 25 de diciembre y 1 de enero. Por lo tanto, con las únicas bajas del lesionado Víctor Claver y un jugador positivo en Covid-19, Peñarroya ha contado con diez miembros de la primera plantilla y jóvenes de L’Alqueria para aprovechar sesiones de calidad en la pista de la Fonteta. En total, diez entrenamientos, sumando la de hoy miércoles, antes de medirse mañana al Bursaspor, algo que las lesiones ni siquiera en la pretemporada de septiembre.