La derrota del pasado martes en La Fonteta ha dejado al Valencia Basket en el peor escenario posible de cara a pasar a semifinales del playoff. Y no solo por la necesidad de ganar dos partidos seguidos sin margen de error, sino porque ha de visitar su pista maldita en Vitoria y además con solo un precedente a favor en su historia después de haber perdido el primer partido de una eliminatoria al mejor de tres.

En aquella ocasión, en los cuartos de final de la campaña 2018-19, se midió al Unicaja y el conjunto malagueño se impuso en la Fonteta en el primer encuentro de la serie. Pero el equipo que dirigía entonces Ponsarnau fue capaz de vencer en Málaga en el segundo partido, de recuperar el factor pista y pasar a semifinales con un triunfo ante su público en el tercer choque de la serie.

Al margen de este único precedente positivo, la historia del Valencia BC en la lucha por el título de la ACB arrancó a principios de los noventa con tres eliminatorias de octavos de final al mejor de tres que empezó con derrota y en las que acabó eliminado. Lo mismo pasó a partir de la campaña 2007-08, cuando el formato se adoptó para los cuartos de final, aunque en ese caso fueron cuatro los cruces que arrancó con derrota.

La pasada campaña, además, el equipo trasladó esa experiencia de empezar con derrota una serie al mejor de tres, en este caso ante el Madrid, y acabó de nuevo apeado de la lucha por el título.

En el caso de las visitas del Valencia Basket a Vitoria, además, se da la circunstancia de que el Buesa Arena es el pabellón en el que peores porcentajes de victorias tiene el club taronja, ya que, a lo largo de su trayectoria en la máxima categoría en el baloncesto español, el Valencia BC solo ha podido ganar en Vitoria en siete de sus cuarenta visitas, la última de ellas esta temporada por 71-78, en un partido en el que brillaron por encima del resto López-Arostegui y Martin Hermannsson, con 20 y 15 puntos respectivamente.

Y precisamente por la dificultad de jugar en esa pista, Van Rossom destaca, en declaraciones facilitadas por el club, que «el Buesa Arena es una pista muy complicada, con un equipo muy físico, y no va a ser fácil. Pero vamos a darlo todo y tenemos que sacar una victoria de allí».

El base belga recuerda la última victoria taronja en abril y aunque el Valencia BC nunca ha ganado en Vitoria dos veces en la misma temporada, Van Rossom asegura que «repetir esa victoria estaría muy bien. El partido que ganamos allí también fue con muchos altos y bajos. Empezamos muy bien, llegamos a ganar de casi 20 puntos, pero luego remontaron. Y eso dice mucho de la calidad que tienen ellos, que no se vuelven locos en ningún momento, siguen con su juego. Tienen jugadores que van muy directos al aro y vamos a tener que parar eso. Con su defensa de cambios nos quitaron un poco de ritmo en ataque y tenemos que dominar más el rebote para poder correr en ataque y jugar con más fluidez. Estos dos aspectos son claves».

El base del Valencia BC afrontó el primer partido en unos días muy especiales, en los que su rutina habitual se ha visto alterada por el nacimiento de su primer hijo, Matteo. «Me costó entrar un poco en la primera parte, pero en la segunda fue mejor. Espero seguir en esta línea en el segundo».