A sus 29 años, la trayectoria de Chris Jones demuestra que ha sido también, desde muy joven, un driblador de obstáculos en la cancha de la vida. Nacido el 10 de abril de 1993 en Garland (Texas), Christopher James Jones fue el mayor de tres hermanos en una familia en la que su madre estaba sola al cargo de todos. Mientras ella trabajaba, Chris debía hacer de padre para su hermano y su hermana, diez y siete años menores que él. «Esa responsabilidad me ayudó a largo plazo, con mis hijos pequeños y mi esposa. Cargo todo a mi espalda, me ocupo de todo. Y siendo un base, debes hacer eso en la pista. Hay una relación», admitía en una entrevista en ‘BasketNews’.

La capacidad de adaptación y «el hambre» le empujaron a ir dando siempre pasos hacia delante. En 2015, no fue elegido en el Draft de la NBA y tuvo que ganarse a pulso su sitio en la élite. En la temporada 2015/16 comenzó su aventura profesional. En Asia, en Mongolia, enrolándose en las filas del Tuv Ajmag. «Fue un trampolín genial. La competencia fue buena. No es la Euroliga, pero tenía que salir de la Universidad y dar pasos en mi carrera», explicó el base de 1,88 m.

Desde Mongolia se abrió el camino a Europa. Pasó por el Starwings Regio Basel de Suiza, el Mons-Hainaut belga y el Bursaspor turco. Turquía fue su gran escaparate para dar el salto a un grande europeo, el Maccabi de Tel Aviv. Alli vivió una primera experiencia en la Euroliga, que completaría esta pasada campaña con el ASVEL en Francia. La próxima estación en su particular mapa de la superación será La Fonteta.

Jones debutó ayer con Armenia en el Campeonato de Europa de Países Pequeños de la FIBA con una victoria frente a Gibraltar (63-100). El base del Valencia, que no ocupará plaza de extracomunitario, anotó 13 puntos. Hoy, a las 16:15 h, jugará ante San Marino (YouTube FIBA).

Por último, el club presentará esta tarde (20:00 h) sus nuevas equipaciones para el curso 22/23 en la Ciudad del Artista Fallero.