El presidente de la patronal azulejera Ascer, Vicente Nomdedeu, insiste, en el inicio de su nuevo mandato y del nuevo ejercicio, que los costes energéticos «son clave para el mantenimiento de la competitividad ante mercados con rangos de precios más reducidos», y anuncia que la energía «ya supone el 13,3 % del valor de las ventas» y que las variaciones de su precio «tienen una alta incidencia en el coste del producto final».
En este sentido, Nomdedeu reivindica ante la Administración que los peajes «deben reducirse para mejorar el precio final y no castigar la competitividad de la industria». En este sentido, subraya que el sector azulejero «es un alto consumidor de gas natural y la industria española paga el gas más caro de Europa». De hecho, puntualiza que las industrias españolas «llevamos año sufriendo injustamente los crecientes costes del precio del gas, acentuando el agravio con nuestros industriales de países vecinos europeos y perdiendo competitividad».
Pero no solo el creciente precio del gas reduce la competitividad de las baldosas españolas frente a sus competidores, sino que también las medidas medioambientales penan a la cerámica española, sobre todo frente a los llamados productores emergentes, cuya legislación medioambiental, en caso de existir, no es tan rígida como la europea. Por eso, desde la patronal azulejera se insiste en que todos los productores deben competir en el mercado global «con las mismas reglas».
En este sentido, desde Ascer se asegura que la evolución de la normativa sobre el comercio de emisiones y el aumento del precio de los derechos de emisión «aumentarán los costes de producción» y se subraya que, de momento, «no hay alternativas al gas natural a corto plazo».
El reparto de derechos de emisiones de Co2 para el periodo 2021-2026 «se prevé que será más restrictivo que el actual» y se augura que el impacto en el sector del azulejo «podría superar los 30 millones de euros al año». En este sentido, la patronal recuerda que en los últimos 5 años el coste del comercio de emisiones para el sector ha sido de 20 millones de euros, pero que solo en 2018, debido al incremento del coste de derechos, «la factura fue de 11 millones de euros». Se estima que la factura total de los próximos 5 años se multiplique por 10 y pase de 20 millones a 200 millones euros.
Previsión de ventas
Pese a todo, y tal como ya informó Levante-EMV semanas atrás, el sector es optimista, «moderadamente optimista», según matiza Nomdedeu; y confía en que, a falta de los datos de los dos últimos meses del año, el sector azulejero español espera que las cifras registradas en 2019 reflejen un incremento de sus ventas en torno al 3 %. El mercado doméstico, aunque sigue creciendo, «ha perdido fuerza» y se estima un crecimiento «en torno al 8 %, hasta los 900 millones de euros». En cuanto a las exportaciones, que se realizan a más de 185 países y significan ya el 75 % de las ventas totales; se espera un incremento del 3 % y una facturación que alcanzará «los 2.700 millones de euros».
Eso sí, la evolución de los mercados internacionales es «dispar según regiones». En este sentido, Nomdedeu asegura que la Unión Europea, el mercado natural de Tile of Spain, «mantiene un crecimiento sostenido por encima del 5 %, y Estados Unidos por encima del 10 %». Por el contrario, han caído las ventas a Oriente Próximo y al Magreb.
Con respecto a Estados Unidos, que actualmente es el segundo destino de las importaciones cerámica españolas, Nomdedeu asegura que será un mercado que seguirá aumentando sus compras de cerámica española a lo largo de 2020, llegando incluso a superar a Francia, que en la actualidad encabeza el ranking de los importadores de cerámica española.
Estados Unidos
A favor de Tile of Spain en Estados Unidos juegan las medidas adoptadas por el Gobierno de Donald Trump contra los azulejos de China mientras se llevan a cabo investigaciones antidumping y antisubvenciones contra los productores del gigante asiático. De hecho, el presidente de Ascer confía en que la cerámica española logre arañar parte de la cuota del mercado USA que ahora ocupa China.
Al margen del constante incremento de la factura energética, Vicente Nomdedeu también ha señalado como elementos que pueden frenar el crecimiento del sector azulejero española «la imparable guerra comercial mundial, con múltiples frentes abiertos como la investigación antidumping en el Golfo o las exigencias de marcados de calidad en Arabia Saudí; la falta de infraestructuras que nos permitan ganar en competitividad o la falta de mano de obra cualificada para la colocación cerámica que hace que otros materiales ganen cuota de mercado, entre otros temas».
