En las últimas décadas, las tecnologías de la información y la comunicación (TICs) han proporcionado una amplia gama de nuevas capacidades de comunicación, cambiado estilos de vida y métodos para aprender y trabajar. Esto ha sido tan importante para el desarrollo económico y el crecimiento que ha dado pie al inicio de lo que muchos han etiquetado como la cuarta revolución industrial o Industria 4.0.
En el mundo logístico-portuario, aunque cada vez hay más empresas que adoptan la innovación como estrategia de crecimiento y mejora continua, todavía existe un amplio margen de mejora para poder ser más competitivos en un mercado global. En este sentido, la falta de servicios de seguimiento de contenedores (Track&Trace) en tiempo real de extremo a extremo sigue siendo un problema importante en las cadenas de suministro globales de hoy en día.
Dicho de otro modo, si fuésemos propietarios de una empresa de juguetes y quisiéramos importar diez contenedores de virutas de plástico procedentes de cualquier parte del mundo, nos sería muy complicado saber en qué lugar exacto se encuentra nuestra mercancía y, mucho más difícil, conocer con alta precisión la fecha y hora de llegada a nuestras instalaciones. Como es lógico, esta falta de visibilidad genera grandes dificultades para que las empresas puedan optimizar su planificación de pedidos, organizar los recursos disponibles y minimizar los costes de almacén. Para resolver la problemática anterior, desde el puerto de València se están impulsando una serie de iniciativas centradas en mejorar la trazabilidad que las empresas tienen de sus mercancías, a través de soluciones basadas en el Internet de las Cosas (IoT), las cuales permiten sensorizar los contenedores, convirtiéndolos en «objetos inteligentes» capaces de registrar y comunicar una serie de datos de la mercancía entre los que se incluyen su ubicación, temperatura, humedad y ventilación.
Estas acciones de innovación se convierten en necesidades críticas en el caso de aquellas mercaderías que requieren de una permanente atención y excelencia en el servicio como por ejemplo las cargas perecederas que se transportan en contenedores refrigerados o reefer. En este sentido, las soluciones que se están desplegando permiten garantizar la calidad de productos tan sensibles como las frutas y hortalizas, evitando que estos alimentos lleguen en mal estado a los puntos finales de consumo.
Por todo ello, desde el área de innovación de la Fundación Valenciaport seguiremos dedicando nuestros mayores esfuerzos para que cualquiera de las empresas que mueve uno de los más de 5.000.000 TEU (contenedores de 20 pies) que entran y salen de los puertos de Valenciaport puedan saber, en cualquier momento y desde cualquier lugar, dónde están sus contenedores y cuándo van a poder recibirlos en sus instalaciones.
