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Tribuna

Reflexiones desde mi camión

Reflexiones desde mi camión

Como presidente de Transcont represento a un colectivo de más de 800 profesionales que transportan mercancías por carretera en el Puerto. Hoy, como en tantos otros temas, veo como las grandes decisiones que nos afectan, se banalizan y sacan de contexto cargadas de argumentos simplistas. No resulta difícil escuchar conversaciones hablando del acceso norte al Puerto de València con argumentos relacionados con el daño medio ambiental o el crecimiento desmedido.

Junto a estos argumentos, quiero lanzar al lector que ha llegado hasta aquí, la opinión de un simple camionero que trabaja en el Puerto. No me considero un experto, pero si quiero aportar los datos que justifican nuestra posición en defensa del Acceso Norte. En primer lugar señalar que por el acceso sur, pasan, a diario 6000 vehículos, de los cuales 2000 proceden o se dirigen al norte o a la provincia de Castelló. Cada uno de esos 2.000 camiones realiza un total de 50 kilómetros, para circular por la V30, si sumamos la ida y vuelta, hasta la puerta actual. Dejo al lector, la multiplicación del número de kilómetros recorridos a diario por esos camiones.

Y con estos datos quiero incorporar al debate, dos elementos para la reflexión; el primero el relacionado con todos los factores de sostenibilidad y ecología, esa distancia recorrida nos dan unos volúmenes de emisiones, que por sí solo ya justificaría la decisión de ese nuevo acceso y ojo, que nadie nos intente vender el tren como panacea, el tren hoy, y con toda seguridad, en las próximas décadas, no es capaz de asumir, la flexibilidad, competitividad y capacidad de distribución que tiene el camión, que no nos engañen con otra mentira.

Pero quiero añadir otra reflexión que conocemos bien aquellos que nos subimos a una cabina con 40 toneladas a nuestras espaldas. Nuestros camiones incorporan, desde hace años, un tacógrafo que determina parámetros que mejoran la seguridad y que limita el tiempo de conducción, ese tiempo se consume, soportando colas interminables hasta llegar al acceso sur. Eso tiene un nombre; estrés laboral, el que sufre una persona con gran responsabilidad sobre la seguridad vial.

Nuestros camiones son muchísimo más eficientes que hace 10 años. La huella de carbono se ha reducido en más de un 60 % frente a los vehículos de entonces, y mucho más que lo haremos en el futuro, ya que nuestra mentalidad, y la de la industria del automóvil, está avanzando, con más rapidez que otros sectores en este sentido. Seguiremos estando en las carreteras mucho después de que nuestros políticos dejen sus cargos. Busquemos soluciones de consenso que no excluyan al camión, hoy el puerto es lo que es, en gran medida, gracias a los profesionales que se encuentran al volante de esos camiones.

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