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Tribuna

Ladran, Sancho, señal que cabalgamos

Ladran, Sancho, señal que cabalgamos

El lobby citrícola sudafricano se ha vanagloriado en los últimos días de sancionar a las empresas que exportan cítricos a Europa a través de nuestro país. Me alegra leerles. Aunque se equivocan de término. El argumento empleado por ellos es que los controles de nuestros Puestos de Inspección Fronteriza muestran un «exceso de celo» refiriéndose, claro, a su gran profesionalidad. Pero si el trabajo que realizan sirve para controlar que los productores sudafricanos exporten a Europa a través de España sólo los productos que cumplen los requisitos de la UE me parece hasta bien.

Defiendo plenamente que nuestras aduanas muestren un exceso de celo hacia la competencia desleal, las plagas, el uso de fitosanitarios prohibidos y la calidad de la fruta que entra a Europa. Y lejos de preocuparos o molestarnos las críticas de Citrus Growers Association (CGA), deberían alegrarnos. Estamos haciendo bien nuestro trabajo. Los controles de los puertos españoles funcionan y sirven, como ha quedado demostrado, para defender a nuestros agricultores y productores. «Ladran, Sancho, señal de que cabalgamos», dicen que le dijo Don Quijote a su fiel escudero. No fue exactamente así, pero le robo su sentido.

Lo que me preocupa es no tener respuesta a por qué el veto lo tiene España y no los puertos de Rotterdam o el Reino Unido. Rectifico: la respuesta es de sobra conocida, pero no por ello menos tolerable. Eso sí, la situación debería hacer reflexionar a la Comisión Europea y al Consejo (es decir, a los Estados Miembros) sobre la incoherencia e incongruencia que supone exigir a toda la UE unos mismos estándares de calidad cuando los controles en aduanas son a todas luces dispares -por no calificarlos de otra cosa- en cada uno de los puertos. El Parlamento Europeo es la única institución que ha exigido -por amplia mayoría- una verdadera Unión Aduanera armonizada (y no solo arancelaria) que garantice realmente un mercado único europeo e impide la competencia desleal entre los Estados Miembros. La respuesta, por el momento, no ha sido respaldada porque los Estados se niegan a ceder el control de sus puertos. Y ahí sigue Sudáfrica y China, y el resto del mundo, beneficiándose de nuestra disparidad.

Alguien debería decirles que no es solo una cuestión de fiscalidad, sino de sanidad vegetal, animal y alimentaria; una cuestión medioambiental, de competencia leal y de protección de nuestros productores. Por ello, mientras nuestros inspectores sigan haciendo su trabajo y la competencia criticando, pueden estar seguros que los productores y el Parlamento Europeo seguiremos exigiendo una auténtica Unión Aduanera. Seguiremos trabajando. Lo conseguiremos.

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